22 de diciembre. Día de la lotería en España y, con el precio de la gasolina y el diésel, día para rellenar el depósito de combustible. A falta de nueve días para que termine el año, y la subvención a la compra de combustibles, es uno de los mejores momentos del año para repostar unos litros.
1,571 €/l. Es el precio, de media, que marca la gasolina en las estaciones de servicio. El diésel se encuentra en 1,648 €/l. Precios a los que, además, hay que restar la subvención de 20 céntimos a la gasolina y el diésel que terminará este mismo mes de diciembre. Unas cifras que se alejan a lo que veíamos a principios de año.
Un año convulso. No recordamos un año igual en lo que al precio de la gasolina y el diésel respecta. Desde que comenzara el año, el precio de los combustibles subió hasta niveles nunca vistos. Tanto que la gasolina se dejó ver a una media de 2,152 €/l y el diésel a 2,106 €/l.
Antes, en marzo, los transportistas fueron a al huelga para protestar por el precio del gasóleo y otros problemas del sector. Con los gobiernos de otros países subvencionando este bien, el Ejecutivo español hizo lo propio a partir del 1 de abril. Entonces el precio ya era de 1,813 €/l para la gasolina y de 1,847 €/l para el diésel.
Pese a todo, el precio de ambos combustibles siguió subiendo hasta las cifras antes mencionadas. Y aunque las estaciones de servicio entraron en una guerra de precios, que ahora está siendo investigada, hemos tenido que esperar hasta diciembre para que los precios se asemejaran a los que vimos a principios de año.
Un año convulso. No recordamos un año igual en lo que al precio de la gasolina y el diésel respecta. Desde que comenzara el año, el precio de los combustibles subió hasta niveles nunca vistos. Tanto que la gasolina se dejó ver a una media de 2,152 €/l y el diésel a 2,106 €/l.
Antes, en marzo, los transportistas fueron a al huelga para protestar por el precio del gasóleo y otros problemas del sector. Con los gobiernos de otros países subvencionando este bien, el Ejecutivo español hizo lo propio a partir del 1 de abril. Entonces el precio ya era de 1,813 €/l para la gasolina y de 1,847 €/l para el diésel.
Pese a todo, el precio de ambos combustibles siguió subiendo hasta las cifras antes mencionadas. Y aunque las estaciones de servicio entraron en una guerra de precios, que ahora está siendo investigada, hemos tenido que esperar hasta diciembre para que los precios se asemejaran a los que vimos a principios de año.
Aunque la caída de los combustibles está siendo una constante desde hace semanas, su descenso se está alargando en el tiempo. No sucedió lo mismo con la subida, lo que confirma la teoría del cohete y la pluma. De hecho, hay quien trabaja para que esto se produzca.
Quienes se encargan de que los precios no caigan son los propios productores de petróleo. Los países de la OPEP+ anunciaron este mismo año que la producción de barriles seguirá reduciéndose, lo que apunta a una cotización del Barril de Brent más o menos cercana a los 100 dólares. Además, algunos analistas están avisando de que los precios pueden volver a crecer, con China pendiente de retomar su producción industrial habitual y empezando las consecuencias del veto al petróleo ruso y el tope a su precio.
Y sin subvención. A 22 de diciembre, a nueve días de que termine el año y a nueve días de que termine la subvención del diésel y la gasolina, sólo sabemos una cosa: no continuará. Es algo que ha ido dejando claro el Gobierno con algunas declaraciones salteadas en el tiempo.
La duda es si los transportistas y las rentas más bajas seguirán recibiendo una duda para ayudar a la compra del combustible. Países como Francia están optando por entregar un bono de 100 euros para los más desfavorecidos. Si algo ha demostrado este tipo de ayudas es que los más beneficiados han sido las rentas más altas.
¿Qué nos queda? Si tenemos la suerte de no tener que estar pendiente de una subvención a las rentas bajas, la alternativa está clara: llenar el depósito de antes del 31 de diciembre. De esta manera, con 20 céntimos subvencionados por el Gobierno, estaremos ahorrándonos 10 euros por cada depósito de 50 litros de combustible. Y 15 euros si el depósito es de 75 litros.
Pese a todo, con estas cifras el precio de la gasolina ha subido a un año vista alrededor de un 8%, mientras que el diésel ha aumentado un 24%. Si los precios se mantuvieran congelados el 1 de enero (y ya sin la subvención a la gasolina) llenar un depósito de 75 litros de diésel costará alrededor de 22,5 euros más. Y todo ello sin contar la inflación.