Los ratones, cuando se sienten amenazados, pueden escapar de forma rápida e instintiva a un refugio y los investigadores han descubierto el mecanismo cerebral que les guía, encontrando así un vínculo claro entre los objetivos espaciales y las acciones.
Un estudio de científicos británicos y que publica «Nature» explica cómo los ratones incorporan el conocimiento de lugares seguros para ejecutar la ruta más eficiente hacia un refugio.
Los neurocientíficos descubrieron que dos áreas del cerebro de los ratones, el córtex retrosplenial (RSP) y el colículo superior (SC), forman un circuito que codifica la dirección hacia un refugio, lo que les permite orientarse con precisión y escapar a un lugar seguro. Cuando suena una alarma de incendios, instintivamente sabemos cómo salir de la habitación para ponernos a salvo, lo que se debe a que el cerebro mantiene continuamente un registro de dónde está la salida y lo hace de forma inconsciente.
El equipo quería entender cómo utiliza el cerebro una información espacial tan importante para llegar a un lugar lo antes posible, explicó Tiago Branco, del Centro Sainsbury Wellcome (Reino Unido) y uno de los firmantes del artículo.
Por estudios anteriores, se sabía que este proceso se basa en la memoria. Algunas personas que tienen lesiones en el RSP pueden recordar lugares familiares, pero están desorientadas en el espacio y pierden la capacidad de conectar una acción con un objetivo espacial. Por ejemplo, pueden saber dónde está la puerta pero no qué acciones realizar para llegar a ella.
El equipo trabajó con ratones a los que conectó unos electrodos en miniatura para grabar simultáneamente en dos regiones del cerebro – RSP y SC- mientras se les presentaba un sonido amenazador.
El RSP calcula la dirección del refugio y luego envía esta información al SC, que utiliza esta dirección para girar la cabeza del ratón.
Sin embargo, cuando se perturbaba la conexión entre estas dos regiones, impidiendo que el RSP hablara con el SC, el ratón corría en una dirección aleatoria cuando se asustaba.
Branco explicó que el circuito RSP-SC es una vía fundamental para saber dónde está el refugio y orientarse hacia él. Una conexión que a nivel celular está cableada de una manera inteligente.
En sus experimentos, los neurocientíficos incluyeron un segundo refugio idéntico pero con la entrada cerrada y comprobaron que el RSP representa tanto el refugio cerrado como el abierto, pero el SC solo el abierto.
Una posible explicación es que el RSP representa muchos objetivos posibles y el SC selecciona el más importante para el contexto concreto, en este caso el refugio abierto que confiere seguridad.
«Nuestro trabajo muestra cómo un comportamiento instintivo rápido como la huida antipredadora puede estar dotado de flexibilidad. Aunque el impulso de escapar es innato, la ejecución de la huida depende de una señal de memoria espacial cortical que llega al SC para informar de dónde se encuentra la meta», agregó.
La siguiente cuestión que se plantean los investigadores es entender cómo actualiza el cerebro continuamente la información espacial importante. La hipótesis es que esto implica la combinación de señales sensoriales y de movimiento propio, como la información vestibular