Si has tenido que leer dos veces el titular, no estás solo. La ciencia ha logrado crear la primera vagina en un chip, un pequeño dispositivo que contiene células humanas vivas y que es capaz de replicar el entorno celular que se encuentra dentro del canal vaginal.
Antes de responder a la gran pregunta (¿por qué?), un poco de contexto. Los autores de este trabajo son un conjunto de bioingenieros de la Universidad de Harvard, quienes han explicado en un comunicado que se trata de un dispositivo de una pulgada de largo que contiene tejido vaginal humano vivo y un sistema de microfluidos para administrar un flujo de “material transportador de estrógeno”.
En cuánto a la razón de este desarrollo, explican que el objetivo era probar nuevos medicamentos para tratar la vaginosis bacteriana, una infección común causada por un desequilibrio de ciertas bacterias en la vagina. La condición puede aumentar la posibilidad de contraer una enfermedad de transmisión sexual y hacer que las mujeres embarazadas tengan un parto prematuro.
Según cuenta Don Ingber, bioingeniero del Instituto Wyss de Ingeniería Biológicamente Inspirada de la Universidad de Harvard:
La salud vaginal es difícil de estudiar en un laboratorio, en parte porque los animales de laboratorio tienen microbiomas totalmente diferentes a los humanos. De ahí que hayan querido “imitar” o replicar el entorno celular a través de un órgano “en chip”, cuya función es imitar la función corporal real, lo que facilita el estudio de enfermedades y la prueba de fármacos.
De hecho, no es la primera vez que se utiliza esta técnica. En ejemplos anteriores se han incluido modelos de los pulmones y los intestinos. En el caso que nos ocupa, el tejido actúa como el de una vagina real en algunos aspectos importantes. Incluso responde a los cambios en el estrógeno ajustando la expresión de ciertos genes, pudiendo desarrollar un microbioma similar al humano dominado por bacterias “buenas” o “malas”. Para Achyuta Nori de St. George’s, médico de salud sexual de la Universidad de Londres:
Esta es una oportunidad para traer la salud de la mujer a los tiempos modernos, usando tecnología moderna.
Y es que el chip ofrece una ventaja sobre las terapias de prueba en animales de laboratorio como ratones, cuyos microbiomas vaginales difieren mucho de los humanos.