El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, pronunció hoy palabras esperadas durante 150 años por descendientes de personas esclavizadas por el Reino de Países Bajos entre 1621 y 1873: “La esclavitud fue un crimen de lesa humanidad”, y “pido disculpas en nombre del Gobierno” por el papel del Estado neerlandés.
En un discurso en el Archivo Nacional de La Haya, Rutte habló de un sistema que ha infligido “sufrimientos indescriptibles”, lo que hace que se pueda «condenar y reconocer la esclavitud en los términos más claros como un crimen de lesa humanidad», una terminología que no se había usado antes por el gobierno para referirse a la esclavitud.
“Durante siglos, el Estado neerlandés y sus representantes han permitido, fomentado, mantenido y se han beneficiado de la esclavitud. Personas se han convertido en mercancías, explotadas y abusadas en nombre del Estado neerlandés (…) Hoy, en nombre del Gobierno neerlandés, pido disculpas por las acciones del Estado neerlandés en el pasado”, afirmó.
La esclavitud fue “un sistema criminal que ha causado un gran sufrimiento incalculable a un número incalculable de personas en el mundo, y continúa afectando la vida de las personas aquí y ahora”, subrayó Rutte, quien consideró que el Archivo Nacional es el lugar para este “examen de conciencia nacional”.
EL RACISMO
Admitió que, durante mucho tiempo, pensó que “no es posible asumir la responsabilidad de manera significativa” por algo que ocurrió en el pasado y del que no fue testigo en persona, pero reconoció que “estaba equivocado” porque los “siglos de opresión y explotación” aún afectan a las sociedades de hoy.
“En estereotipos racistas, en patrones discriminatorios de exclusión, en desigualdad social”, dijo. Aunque es cierto que “nadie vivo hoy es personalmente culpable por la esclavitud”, el Estado neerlandés “en todas sus manifestaciones históricas, es responsable del gran sufrimiento infligido” a las personas esclavizadas.
Otros representantes del gobierno neerlandés están hoy en Surinam y seis islas de la parte caribeña del Reino de Países Bajos: Aruba, Bonaire, Curazao, San Eustaquio, Saba y Sint Maarten. Allí mantendrán encuentros con los representantes locales sobre estas disculpas, que el propio Rutte ha calificado de «momento significativo».
El comercio legal de esclavos terminó en 1814, pero sobrevivió en las colonias neerlandesas hasta 1873. “Más de 600.000 mujeres, hombres y niños africanos esclavizados fueron enviados al continente americano en condiciones espantosas por traficantes de esclavos holandeses (…). Fueron separados de sus familias, deshumanizados, transportados y tratados como ganado”, denunció Rutte.
A menudo esto ocurría bajo la autoridad gubernamental de la Compañía de las Indias Occidentales, mientras que, en Asia, entre 660.000 y más de 1 millón de personas fueron traficadas dentro de las áreas bajo autoridad de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales entre el siglo XVII y XIX.
“Los números son increíbles. El sufrimiento humano detrás de esto es aún más inimaginable. Son incontables las historias y testimonios de supervivientes que prueban cómo la crueldad y la arbitrariedad no tenían límites en el sistema esclavista”, denunció.
Se refirió a los registros de esclavos, “una enumeración seca, conflictiva precisamente por subrayar lo absurdo de un sistema en el que una persona convertía a otra en mercancía”. Fue “un sistema tan inhumano e injusto” que, cuando fue abolido, quienes fueron compensados económicamente por el Estado fueron “los dueños de esclavos” y no las víctimas.
La jornada hasta este 19 de diciembre ha sido larga, pues los organismos que representan a descendientes de esclavos llevan años instando a pedir disculpas, pero el camino recorrido desde la elección de la fecha (hace tres semanas) ha sido demasiado corto, a ojos de las mismas organizaciones, muy críticas con las prisas.
Creen que la fecha no tiene un significado especial y preferían que este gesto se hiciera el 1 de julio, en KetiKoti (ruptura de cadenas), la conmemoración de la abolición formal de la esclavitud en Surinam y las Antillas Neerlandesas en 1863 (aunque los esclavos trabajaron en plantaciones 10 años más, hasta dejar de estar legalmente “bajo supervisión del Estado”).
También criticaron que las comunidades esclavizadas no estuvieran involucradas en el proceso, ni en el contenido del discurso.
Una de las razones señaladas por analistas para explicar las prisas del gobierno son las elecciones provinciales de marzo, por las que también se elige la composición del Senado: el gobierno teme que la campaña cause división en la coalición y no haya suficiente apoyo político a las disculpas si se retrasan a 2023.
Pero Rutte advirtió hoy de que su intención no es “borrar esas páginas con unas disculpas”, porque “no podemos cambiar el pasado, solo enfrentarlo”, y aseguró que el gesto dado hoy es “una coma, no un punto”, hacia el “diálogo, el reconocimiento y la sanación”. ¿Se aceptarán las disculpas? (Imane Rachidi)