Seis episodios de una hora cada uno podrían parecer, a primera vista, demasiado para contar la historia del príncipe Harry y Meghan Markle, pero luego de completar la miniserie es fácil descubrir que un par de egos desmesurados siempre necesitan un exceso de tiempo para auto festejarse. Si la idea inicial era mostrarle al mundo que ellos no son los malos de la película, al menos deberían haber realizado un documental que los muestre auténticos, humanos y creíbles. Pero nada de eso sucede.
El episodio inicial mostraba el momento en el cuál la pareja comunicaba al mundo que se alejaba de la familia real para luego retroceder una y otra vez, reconstruyendo la vida de ambos desde su nacimiento hasta el desenlace que no es ningún secreto. Aunque era un poco incómodo ver una miniserie producida por ellos, al menos en los primeros tres capítulos estrenados había algo de información, reconstrucción del pasado y otros detalles tal vez un poco menos conocido. En los últimos tres ya no hay ni siquiera eso, por lo cual, nos caigan bien o no, el nivel de dramatismo e interés se pierde de forma progresiva.
Hay un enemigo central al que se apuntan los cañones y es la prensa. Esta batalla tiene diferentes niveles que van desde las noticias y los chismes a la publicación de una carta privada que Meghan le escribió a su padre. El énfasis en la falta total de ética de los tabloides británicos ya había sido mostrada en los primeros tres episodios pero acá aparece el contraataque de la pareja. Una pelea feroz que ellos decidieron emprender, a pesar de que no es lo más común en el mundo de la realeza.
Pero una y otra vez el documental cae en un discurso muy de propaganda que parece directamente una campaña política de Harry & Meghan. Claro que una mirada tan oficialista no sería gratuita. En Gran Bretaña la escena de los primeros episodios donde Meghan se burla del saludo a la Reina generó un profundo rechazo y fue lo que más se viralizó. El documental llega hasta agosto del 2022, por lo cual la muerte de Elizabeth II no aparece y el efecto que esa burla provoca luego de su fallecimiento es muy diferente.
También se dieron a conocer diferentes videos donde se analiza la muy poco ética decisión de cortar el video de Elizabeth II cuando habla de su nuevo deber como Reina. Se le sacan algunas palabras fundamentales para mostrar su relación con el pueblo. Y nuevamente se realza la figura de Lady Di como espejo de Meghan. Ya no se trata de mostrar que Meghan es buena, también que está en la misma línea de Lady Di. Seis horas para terminar diciendo que el matrimonio quiere alejarse de todo ese mundo mediante una serie producida por ellos y Netflix. Para mantenerse alejado de las cámaras no parece el mejor camino. Veremos si en el futuro son coherentes con su discurso o si buscarán hacer una segunda temporada de esta exitosa y no muy escandalosa miniserie.