Netflix sigue lanzando sin parar series y películas no procedentes de los habituales Estados Unidos y los típicos países de Europa occidental: como hablábamos hace unos días, desde series con reparto internacional como ‘1899’ a su exploración de las filmografías coreana, india y muchas otras. Y turca, por supuesto: de allí procede esta estupenda ‘Fiebre cerebral’, una serie de ciencia ficción que no tiene nada que ver con los típicos culebrones que nos llegan de la zona y que ya puedes ver en la plataforma.
A lo largo de ocho episodios bien rebosantes de material (casi ninguno baja de los 60 minutos de duración), esta serie nos pone en la piel de un ex lingüista que vive en un mundo futuro absolutamente hecho estragos por culpa de una extrañísima plaga que se propaga a través del lenguaje. Un duro entrenamiento le ha convertido en inmune a la plaga y por ello es perseguido por una Institución Anti-Epidemia, lo que le obliga a adentrarse en las peligrosas calles de una Estambul prácticamente destruida.
Basándose en una novela de género del autor también turco Afsin Kum, la serie se distancia felizmente de las ficciones de contagiados, o como felizmente se les denomina aquí, «desvariados». Por ejemplo, el retrato que se hace de una Estambul dividida en zonas según fronteras vigiladas por el ejército tiene mucho de comentario social, como irá descubriendo el protagonista cuando contacta con unos activistas que se enfrentan a los militares y al uso de los enfermos para someter a la población.
Las referencias a la Primavera Árabe, a las protestas ciudadanas que impidieron el intento de golpe de estado de 2016 en Turquía o incluso a las recientes manifestaciones en Irán dan un contexto muy de nuestro día a día para esta ficción. Pero la inteligentísima idea de la plaga que se mueve a través del lenguaje, pervirtiendo éste, le da también un tono atemporal a su crítica contra el odio a lo diferente. Una sorpresa dura y que merece estar entre lo mejor de las propuestas más recientes de Netflix.