El sector privado de Haití se ha unido para pedir que se llegue a un acuerdo que ponga fin a la grave crisis en el país porque, afirma, «la nación no puede esperar más».
Asociaciones y empresarios de Haití llaman a las partes a que «resuelvan sus diferencias sin demora y firmen un acuerdo político para un Gobierno de unidad nacional que se esfuerce por incluir al mayor número posible de actores con una hoja de ruta clara para llevar a buen puerto la celebración de elecciones honestas, transparentes e imparciales en un plazo razonable de tiempo».
«Profundamente preocupados por la crisis multidimensional que no deja de enlutar a las familias, asfixiar la economía nacional y empobrecer a la gran mayoría de nuestros conciudadanos», los firmantes se comprometen a apoyar un acuerdo político en ese sentido y a «acompañar la implementación de las reformas que establezcan nuevas reglas de conducta política y de negocios en Haití y en las instituciones que se creen para alcanzar el objetivo buscado».
El sector privado supera sus posibles diferencias y se une así, según el texto, en una «alianza sin precedentes para el cambio».
En ese sentido, se compromete a llevar a cabo diferentes medidas, entre ellas «lanzar un programa inmediato e intensivo de reformas de las prácticas comerciales internas para promover la transparencia, la competencia leal y el respeto estricto de las normas éticas y jurídicas que deben guiar todas las actividades económicas en un Haití democrático, apacible y estable».
Asimismo, añade, «desarrollaremos un código de conducta pública-privada para asegurar la transparencia de las prácticas de competencia, la obtención y la utilización racional y transparente de los fondos públicos, todo bajo la aplicación estricta de la ley a fin de luchar contra la corrupción y la impunidad».
Los firmantes anuncian que cooperarán con un eventual Gobierno transitorio de consenso para elaborar «una hoja de ruta política, humanitaria y económica para un nuevo Haití» y que incluya un plan estratégico de desarrollo económico y social.
Los objetivos son atraer inversiones directas extranjeras y nacionales, crear empleo y riqueza duraderas, restaurar servicios básicos de calidad para toda la población y recuperar la esperanza, en particular entre los jóvenes, así como mejorar las condiciones de vida, sobre todo en las zonas más afectadas por la violencia.
También contribuirán y apoyarán reformas en las instituciones públicas destinadas a promover la libre empresa, la competencia justa e igualitaria, la inversión directa, la competitividad, la inclusión social y el crecimiento económico.
Los firmantes llaman con «la mayor urgencia» al Gobierno y la comunidad internacional a actuar para garantizar la libre circulación de personas y bienes.
En su opinión, se trata de «una oportunidad única para todos los haitianos», tanto en el país como en el exterior, de participar en la transformación de Haití.
«Los haitianos necesitan una transición política urgente, una nueva visión económica y la seguridad para permitirlas», resaltan.
Entre los firmantes están las cámaras de Comercio e Industria de departamentos del país, patronales y asociaciones industriales.
También rubrican el documento las cámaras de Comercio Americana en Haití y la Haitiana-Canadiense.
El país vive una aguda crisis en todos los órdenes, incluida la reaparición del cólera, y una espiral de violencia por parte de las bandas armadas.
Los países miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) clamaron este viernes por ayudas a Haití y se comprometieron a continuar su lucha contra los efectos de la pandemia, el cambio climático y los elevados precios internacionales de los alimentos, fertilizantes y otros insumos.
Al concluir la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del SICA celebrada en la ciudad de Santiago de los Caballeros, el ente regional hizo suyo el «urgente» llamamiento que, al inicio del cónclave, formuló el Ejecutivo dominicano a la comunidad internacional para que se atienda la «grave crisis» que atraviesa Haití.
En el documento final de la reunión, los Estados que conforman el SICA expresaron su «preocupación por la grave situación que afecta a la República de Haití, en los ámbitos económico, social, político y humanitario, que obstaculiza el desarrollo de sus instituciones y ciudadanos».
En ese orden, solicitaron a la comunidad internacional poner en marcha «acciones y esfuerzos conjuntos» para hacer viable una respuesta «duradera» y «sostenible» en Haití.
En el encuentro regional participaron los presidentes de República Dominicana, Luis Abinader, y de Costa Rica, Rodrigo Chaves, así como el primer ministro de Belice, John Briceño, país que asumió al término de la cumbre la presidencia pro tempore del SICA durante los próximos seis meses.
También estuvieron los vicepresidentes de El Salvador, Félix Ulloa, y de Honduras, Renato Florentino Pineda; el presidente del Parlamento Centroamericano (Parlacen), el panameño Amado Cerrud Acevedo, y el máximo responsable del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el hondureño Dante Mossi.
El SICA, fundado en 1991, está integrado por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Honduras, Belice y República Dominicana como miembros de pleno derecho, mientras que México, Estados Unidos, Grecia y otros países tienen la categoría de observadores regionales