La instalación del segundo cable submarino de fibra óptica para Cuba, el ARIMAO que conectará a esta isla con Martinica, comenzó este viernes, según informaron medios oficiales.
El proyecto, que desplegará un cable de 2.500 kilómetros desde la provincia cubana de Cienfuegos, se debe a un acuerdo anunciado este miércoles entre la empresa estatal cubana de telecomunicaciones Etecsa y la multinacional francesa Orange.
La presidenta de Etecsa, Tania Velázquez, calificó de «hito» la instalación de este cable en el acto inaugural de las tareas, en el puerto tricontinental de Cienfuegos (centro). El despliegue del cable desde un barco especial durará varias semanas.
A su juicio, este cable supone una «solución robusta y eficaz para ampliar las capacidades de comunicación y la interacción de los cubanos con el mundo», según recogió el medio estatal Juventud Rebelde.
La inversión, de la que no se han ofrecido cifras, incluye la construcción de una estación que albergará los servicios técnicos del sistema.
El cable, expresó Etecsa, le permitirá «ampliar y diversificar las capacidades internacionales, ante la creciente demanda de servicios de conexión a internet y de banda ancha» y «apoyar su expansión internacional».
«Ello permitirá, acorde con las posibilidades económicas del país, continuar ampliando la conectividad internacional», indicó la compañía. Cuba cuenta con tan sólo un cable submarino para internet, el ALBA-1, que la une desde 2012 a Venezuela.
Etecsa indicó que el proyecto cuenta «con todos los permisos para su despliegue» y que «la estructura física» del cable estará lista en 2023.
Las tareas de montaje comenzaron apenas una semana después de que expertos del departamento de Justicia de EE. UU. desaconsejasen la instalación de un cable similar, el ARCOS-1 USA, que hubiese sido el primero en conectar la isla con territorio estadounidense.
La Comisión Federal de Comunicaciones alegó que el Gobierno cubano representa una «amenaza de contrainteligencia» para EE.UU. porque Etecsa administraría el sistema de aterrizaje del cable y entonces La Habana podría «acceder a datos sensibles de EE.UU. que viajen a través del nuevo segmento de cable».
El Gobierno cubano criticó esta decisión y aseguró que causa «daño al pueblo cubano». EFE