El empresario ruso, condenado a 25 años en EE.UU. por tráfico de armas, fue canjeado este jueves por la baloncestista norteamericana Brittney Griner.
Rusia y Estados Unidos completaron este jueves un intercambio de prisioneros mediante el cual el empresario ruso Víktor But fue entregado a Moscú y la baloncestista estadounidense Brittney Griner fue entregada a Washington.
But nació en 1967 y tras servir en el Ejército de la URSS, ingresó en el Instituto militar de Lenguas Extranjeras, especializándose en el idioma portugués. Luego, trabajó de intérprete en Mozambique y Angola. A finales de 1991, arrancó una carrera de corredor de negocios y dos años más tarde se mudó a Emiratos Árabes Unidos.
Allí montó una compañía aérea con sede en la ciudad de Sharjah que transportaba flores y diferentes materiales, así como cargas militares legítimas y contingentes pacificadores de Francia y Bélgica a Angola y Somalia, respectivamente. En 1996, por ejemplo, su empresa realizó el transporte de cazas rusos, entre otros encargos.
Las investigaciones contra But por parte de las autoridades de EE.UU. comenzaron a finales de la década de 1990 tras reportes de que su empresa podría haber enviado armamento a los talibanes y a Al Qaeda.
El 6 de marzo de 2008, el empresario ruso fue detenido en Bangkok, capital de Tailandia, por agentes de la inteligencia estadounidense. Según las autoridades norteamericanas, el empresario pretendía vender 100 misiles tierra-aire a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que luego podrían ser usados contra militares de EE.UU. El 6 de mayo de ese año, Washington presentó cargos formales contra él por tráfico ilegal de armas, conspiración para asesinar a ciudadanos estadounidenses y brindar asistencia material a terroristas.
Dos días después, Tailandia recibió una solicitud formal de extradición de Washington. En septiembre de 2008 comenzaron las audiencias de extradición en un tribunal tailandés y en agosto de 2009, la corte rechazó la petición de EE.UU., al considerar que las acusaciones contra But no estaban probadas y que el caso tenía motivaciones políticas. Sin embargo, el empresario no salió en libertad debido a que la Fiscalía tailandesa apeló la decisión.
En febrero de 2010, la Oficina del Fiscal de Nueva York presentó nuevos cargos contra Víktor But, que incluían fraude, lavado de dinero y violación de las sanciones internacionales que prohíben el suministro de armas a las zonas en conflicto. Meses más tarde, el Tribunal de Apelación de Tailandia dictaminó su extradición a EE.UU., a donde finalmente fue trasladado el 16 de noviembre de ese año y recluido en una prisión neoyorquina.
El caso del empresario, que se declaró inocente, fue remitido al tribunal del distrito sur de Nueva York y durante las audiencias preliminares, la defensa solicitó en reiteradas ocasiones el cierre del proceso, argumentando que no era competencia de la Justicia estadounidense.
El 13 de octubre de 2011, la corte inició el juicio y durante la audiencia, los representantes de los servicios de seguridad admitieron que el arresto de Víktor But fue el resultado de una «operación fraudulenta».
Finalmente, el 2 de noviembre un jurado encontró a But culpable de los cuatro cargos que se le imputaban. El veredicto final, cuyo dictado fue pospuesto varias veces por la necesidad de examinar las quejas de la defensa, no fue emitido por el tribunal federal de Nueva York hasta el 5 de abril de 2012.
Pese a que la Fiscalía pidió una condena perpetua y una multa de 20 millones de dólares, la corte sentenciòn al empresario a 25 años de prisión.