Ya pasaron 11 días desde el inicio del X Censo Nacional de Población y Vivienda sin que hasta la fecha, la cobertura haya cumplido con las expectativas programadas llegando muchos en la población a considerar que la medición será un fracaso.
“El mayor problema lo hemos tenido con algunas personas que nunca están en casa. Si las personas nos dejaran su número de contacto con los vecinos, podríamos fuera de horario pautar para pasar pero no están colaborando con eso”, dijo a EL DÍA un supervisor del Censo que trabaja en el sector Enriquillo de Herrera.
La profesora Marta Irene de la Rosa, residente en el Ensanche Kennedy, aseguró ayer estaba “algo preocupada” pues no había sido empadronada.
“Eso mismo le estaba diciendo a mi mamá que está conmigo hace unos días y a ella, en Las Matas de Farfán, tampoco la han censado”.
Afortunadamente para De La Rosa, un equipo de dos empadronadores se presentó a su residencia justo cuando le abordábamos.
“Nosotros estaremos regresando hasta que demos con los habitantes”, aseguró uno de los empadronadores aunque aceptó que probablemente, muchos no serán empadronados.
A los empadronadores y supervisores del Censo se les prohibió hablar con la prensa a no ser que se trate de un jefe de polígono. Es por eso que, sus declaraciones suelen presentarse en anonimato.
Ayer, en el Libertador de Herrera, un equipo de seis compuesto por supervisores y empadronadores, se negaron a emitir declaraciones aunque lo que dijeron fue suficiente.
“No podemos hablar, pero la verdad es que los haitianos de por aquí no quieren participar del Censo. Mira ahí, ahí mismo —dijo una de ellos señalando una casa—, ahí vive una familia, vayan y pregúntenle a ver si se van a censar, no quieren”.
Otro de los del grupo dijo que se encontraban recurrentemente con personas que decidían no participar del Censo. De hecho, aseguraron que uno de los residenciales de la zona que lleva por nombre Dos Pinos del Oeste, el consejo de administración ordenó a la seguridad, no dejar pasar empadronadores.
Y es que el acceso a los lugares cerrados también ha complicado la labor censal. En un residencial de Villa Mella, por ejemplo, la junta de vecinos limitó la operatividad de los empadronadores solo a un lugar del terreno, teniendo que ir los residentes hasta allí para ser empadronados.
“En verdad yo no creo que eso funcione así porque hay mucha gente que llega cansado y no piensa en coger para el parquecito a empadronarse. Lo más que llegarán allá será un 80%”, dijo Luis Rivera, un residente.
Su optimismo contrasta con el de un empadronador del sector Enriquillo quien ayer domingo, auguró completarían la labor en un 50% debido a las complicaciones de locación de algunas viviendas.