En medio de una crisis sociopolítica sin precedentes y de una inseguridad mayúscula, los niños haitianos están pagando un alto precio.
Son asesinados, secuestrados, violados y masacrados. La protección del Estado es una quimera en el país más empobrecido de América.
“Hoy en día, hablar del respeto a los derechos de los niños es algo extremadamente difícil. Para los niños es una situación lamentable. Esto es cierto a todos los niveles”, dijo a EFE Joseph Richard Fortuné, jefe de comunicación de la Fundación Zanmi Timoun, a propósito de la celebración del Día Internacional de la Infancia.
El directivo de la entidad que defiende los derechos de los niños en Haití consideró que las autoridades no los protegen y, más bien, “siguen violando” sus derechos.
En Haití hay un conjunto de leyes que protegen a los niños contra toda forma de abuso, maltrato y violencia, recordó Fédorah Pierre-Louis, directora de compromiso público de World Vision International Haití, al tiempo de reconocer que la situación de estos es cada vez “más frágil».
“Cuando observamos la realidad de los niños en el país, todavía no podemos hablar de inclusión”, afirmó a EFE antes de añadir, “para que la inclusión sea efectiva y eficaz, los niños deben poder vivir sin violencia, tener las mismas oportunidades, acceso a la tecnología, debe haber una justicia adaptada a la edad de los niños y se deben respetar los derechos de los niños en situaciones de crisis y emergencia».
La inclusión de todos los niños es el tema de la celebración del Día de la Infancia este año, que encuentra a Haití en medio de una aguda crisis humanitaria.
Para Pierre-Louis es importante que todos los planes y estrategias que desarrolle el Estado reduzcan la “angustia” y la “inseguridad” que sufren los niños.
“En cuanto al derecho a la alimentación, sigue siendo catastrófico. En los barrios la situación es lamentable”, consideró Fortuné, poniendo como ejemplo el mayor barrio de chabolas de la capital, Cité Soleil -plagado de inseguridad-, donde los niños viven en condiciones “inhumanas” y “degradantes».
Las cifras de Unicef sobre la nutrición son alarmantes. La oficina de la ONU dice que el 66 % de los niños en Haití padece de anemia, mientras que el 22 % sufre desnutrición crónica y el 4 % malnutrición, en un país en el que, de una población de 11 millones de habitantes, 4,7 millones sufren un alto nivel de inseguridad alimentaria.
Pierre-Louis se mostró de acuerdo con estos datos y dice que para su organización hay “mucha preocupación” para la salud de los niños en el país.
Sólo el 40 % de los niños tiene acceso a la atención sanitaria debido a dificultades como la lejanía de esos centros, su funcionamiento, la disponibilidad de profesionales sanitarios y el hecho de que muchos padres no tienen capacidad para pagar por esos servicios.
Las elevadas tasas de mortalidad infantil, los niños que padecen diarrea, desnutrición, infecciones respiratorias, tuberculosis y VIH son situaciones que cuestionan el derecho a la salud de los niños haitianos.
“La cuestión del acceso al agua, la nutrición y la salud es cada vez más complicada, y los niños están muy afectados”, afirmó Fédorah Pierre-Louis.
Cientos de niños se ven obligados a abandonar sus barrios debido a la inseguridad y a la guerra de bandas en Puerto Príncipe, que está controlada por las bandas en al menos un 60 %. Los niños han quedado huérfanos por la inseguridad. Algunos han visto cómo mataban o violaban a sus padres ante sus ojos.
“Los niños son presa de los bandidos que los utilizan. Teniendo en cuenta que los niños no consienten, son sometidos a todo tipo de abusos. Hay muchos niños secuestrados, violados y asesinados”, afirmó Joseph Richard Fortuné.
Para Fortuné, en Haití el sistema judicial es casi inexistente. “En general, vivimos en una sociedad en la que todos estamos abandonados. Todo el mundo intenta salvarse”, añadió, criticando al Estado por no hacer nada para responder a las necesidades y demandas de los niños.
La seguridad de las personas y la seguridad de cada niño es un elemento extremadamente importante en la cuestión del desarrollo sostenible de una sociedad basada en los verdaderos derechos humanos, aseguró Pierre-Louis.
“Es un requisito previo para el establecimiento de la paz en el país. Es urgente encontrar una solución a las múltiples formas de crisis que estamos viviendo. Los niños no pueden esperar más. Hay muchos miles de niños que sufren. Representan una gran parte de la población responsable del futuro del país”, expuso.
Pierre-Louis dijo que World Visión hace sonar la alarma no solo para llamar a la acción, sino también para exigir la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño en el país.