La actual crisis de opiáceos que hay en Estados Unidos ha hecho que descienda la esperanza de vida del país y ha causado un sufrimiento incalculable. El fentanilo ha sido particularmente devastador porque resulta muy potente en comparación con otros opioides. Sin embargo, una nueva investigación en ratas puede ofrecer un rayo de esperanza a los adictos, ya que un grupo de científicos ha dado con una vacuna experimental que puede prevenir los efectos fisiológicos y de comportamiento del fentanilo al producir anticuerpos contra él. Este trabajo se ha detallado ampliamente en un estudio publicado a finales de octubre en la revista Pharmaceutics.
Esta no es la primera investigación que demuestra exitosamente la existencia de una vacuna capaz de bloquear opioides en animales. De hecho, al menos una vacuna de oxicodona ha llegado a las primeras etapas de ensayos clínicos en humanos en la Universidad de Columbia. Pero este nuevo estudio sirve para apoyar este nuevo enfoque de la crisis de los opiáceos, uno que realmente abarca la naturaleza médica de la adicción.
El fentanilo es un opioide sintético que es entre 50 y 100 veces más fuerte que la heroína. Originalmente se desarrolló como un producto farmacéutico y ahora se usa a menudo con fines recreativos. Solo se necesita una pequeña cantidad para experimentar un subidón por la droga. Debido a su potencia, esta droga resulta más barata de obtener que otras y se ha convertido en un adulterante común en otras drogas, como la heroína, el MDMA y la cocaína, ya sea mediante mezcla intencional o por contaminación accidental. El uso de fentanilo conlleva un alto riesgo de sobredosis.
Las sobredosis de opioides representaron el 75% de todas las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos en 2020, según los Centros para el Control de Enfermedades. Más del 80% de esas muertes involucraron un opioide sintético como el fentanilo. En casi todo el país, las muertes por sobredosis han ido en aumento, alcanzando sus cifras más altas en 2020 y luego nuevamente en 2021, cuando el fentanilo acabó con la vida de más de 71000 personas. La adicción a los opiáceos es un desastre sanitario en Estados Unidos y el predominio del fentanilo solo hace que empeore la situación
“El uso y la sobredosis de fentanilo es un desafío de tratamiento particular que no se aborda adecuadamente con los medicamentos actuales”, escribieron los autores del nuevo estudio. Los tratamientos de adicción actuales como la metadona a menudo requieren que los pacientes se presenten en una clínica para tomar una dosis todos los días. Y la mayoría de personas, incluso con apoyo, terminan recayendo. Además, la naxolona, el tratamiento que se utiliza para tratar la sobredosis de opioides, a menudo requiere múltiples dosis. En su lugar, una vacuna podría ser una opción mucho más conveniente, duradera y efectiva.
¿Cómo funcionaría una vacuna contra el fentanilo?
Al igual que una vacuna contra la gripe, la vacuna contra el fentanilo tiene como objetivo provocar una respuesta del sistema inmunitario. En el nuevo estudio, los investigadores fabricaron su vacuna usando una proteína diftérica desactivada (que ya se había usado en múltiples medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos), una molécula similar al fentanilo, un puente molecular para unir a ambas dos y un compuesto conocido por estimular la respuesta inmunitaria en otras vacunas. La idea es entrenar al cuerpo para que reconozca el fentanilo como una amenaza y cree anticuerpos contra esta droga.
Estos anticuerpos se unen al fentanilo en la sangre antes de que el opioide sintético pueda llegar al cerebro. Más tarde, en vez de que esta droga desencadene sus efectos habituales, ésta puede ser filtrada por los riñones y eliminada de forma inerte (es decir, expulsada por la orina).
Investigaciones anteriores sugieren que el sistema inmunitario de algunas personas produce por sí solo anticuerpos contra los opioides después de una exposición repetida al fármaco. Una vacuna eficaz podría impulsar ese proceso.
¿Cómo probaron los investigadores su vacuna?
Para probar su tratamiento, los científicos evaluaron si la vacuna producía o no anticuerpos y reducía los niveles cerebrales del fentanilo en 60 ratas. También utilizaron tamaños de muestra más pequeños de 32 y 28 ratas para realizar experimentos de seguimiento que probaron los efectos del fármaco después de la vacunación.
Los investigadores realizaron una serie de pruebas de control y de referencia en las ratas para evaluar su comportamiento y fisiología en un estado normal y para determinar sus respuestas tras tomar fentanilo y otros opioides. En una de las pruebas, los científicos midieron la rapidez con que las ratas alejaban la cola de una fuente de calor dolorosa. En otro, calcularon el tiempo que tardaron las ratas entrenadas en tirar de una palanca para obtener una recompensa de comida. También recopilaron datos físicos como la frecuencia cardíaca y los niveles de oxígeno. Una vez que se estableció la línea de base, los investigadores administraron una dosis inicial de vacuna a cada rata, seguida de dos refuerzos en intervalos de tres semanas. A las seis semanas de la dosis inicial, los autores del estudio recolectaron muestras de sangre para detectar anticuerpos contra el fentanilo. Y a las 10 semanas, comenzaron a volver a probar el comportamiento de las ratas y la respuesta al fentanilo.
Los investigadores encontraron que su vacuna había funcionado en todas sus pruebas. Las ratas habían producido los anticuerpos anti-fentanilo, sus respuestas cuando se les administraba fentanilo se volvieron más rápidas tras la vacunación, sus respuestas fisiológicas al fentanilo disminuyeron después de la vacunación y los niveles de fentanilo en su cerebro fueron más bajos al final del experimento en comparación con los especímenes de control. Además, los investigadores encontraron que los anticuerpos eran específicos del fentanilo y no se unían a otros opioides como la morfina, lo que significa que las personas vacunadas aún podían recibir analgésicos si fuese necesario. También hicieron algunos hallazgos específicos de cada sexo, como que las ratas macho parecían producir más anticuerpos que las hembras en ciertos momentos del estudio, lo cual es importante tener en cuenta, ya que las mujeres a menudo están subrepresentadas en los ensayos de medicamentos. Finalmente, los investigadores no observaron ningún efecto secundario negativo de la vacunación en las ratas.
¿Qué implicaciones tiene todo esto?
A menudo, los experimentos que arrojan resultados exitosos en roedores no funcionan en humanos. Cualquier vacuna aprobada resultante de este trabajo estaría, como mínimo, a años de distancia. Sin embargo, esta investigación podría ser útil para desarrollar futuros tratamientos y contribuye a nuestra comprensión de los opioides, de la adicción a ellos y de las sobredosis.
“Creemos que estos hallazgos podrían tener un impacto significativo en un problema muy serio que azota a la sociedad”, dijo Colin Haile, investigador de adicciones del Instituto de Descubrimiento de Drogas de la Universidad de Houston y autor principal del estudio. Y aunque ese impacto significativo no llegue dentro de poco, es un rayo de esperanza para un problema cada vez mayor.