Grupos de activistas LGBTQ+ han mostrado su preocupación por los derechos humanos y la intolerancia hacia las relaciones entre personas del mismo sexo en Catar, sede de la Copa Mundial de la FIFA 2022.
Activistas franceses instaron a la selección y a las autoridades del fútbol del país galo a que denuncien las violaciones de los derechos de personas LGBTQ+ llevadas a cabo por las autoridades del país árabe.
«Federación, dirigentes, jugadores y árbitros del fútbol francés, tienen el poder de ser escuchados por millones de personas. Les pedimos que tomen una posición pública en defensa de estos derechos fundamentales», escribieron en una columna publicada por Ouest-France.
Paralelamente, la comunidad LGBTQ+ en Inglaterra ha criticado a David Beckham por su papel como embajador pagado de la Copa Mundial de Catar.
Di Cunningham, cofundador del grupo Three Lions Pride, dijo estar decepcionado por la decisión del excapitán de la selección inglesa de aceptar convertirse en embajador de la Copa del Mundo de Catar, donde la ley local penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo.
Según los informes, el futbolista recibirá 170 millones de dólares por su trabajo para promover el torneo. Cunningham lamentó que Beckham aparentemente anteponga el dinero a los principios, recogen medios locales.
«Estoy muy decepcionado porque nosotros, la familia del fútbol LGBTQ+, hemos puesto a David Beckham en un pedestal, como un gran aliado», dijo.
«Una Copa del Mundo que no respete los derechos»
Minky Worden de Human Rights Watch hizo eco de los comentarios de Cunnigham e instó a la FIFA a considerar cuidadosamente a los anfitriones de los principales torneos y a evaluar sus antecedentes en materia de derechos humanos. Además, calificó a los atletas de «rehenes» de la FIFA.
«Nunca más deberíamos tener una Copa del Mundo que no respete los derechos humanos básicos y no tenga las garantías y protecciones esperadas», dijo.
Las criticas se producen tras los comentarios del embajador de la Copa Mundial de Catar 2022, Khalid Salman, que aseguró durante una entrevista en ZDF, que la homosexualidad «es un daño mental».
«Durante la Copa del Mundo, muchas personas llegarán al país. Hablemos de los homosexuales, por ejemplo», señaló, para agregar que «tendrán que aceptar» las reglas locales.
Cuando se le preguntó por qué era ‘haram’ (prohibido en árabe), Salman recordó que él no es un musulmán estricto, pero que se trata de un «daño mental». Luego el entrevistado fue interrumpido por un oficial de prensa del comité organizador de la Copa del Mundo.