República Dominicana, donde la inmensa mayoría de la población está expuesta a peligrosos niveles de contaminación del aire, es uno de los países del mundo más vulnerables al cambio climático, pese a situarse por debajo de la media de Latinoamérica en emisión de gases de efecto invernadero.
Las autoridades dominicanas intentan reducir al máximo esa vulnerabilidad y, como recoge el informe internacional “Perspectivas Económicas de América Latina 2022.
Hacia una transición verde y justa”, han adoptado un abanico de medidas, entre las que destaca el Plan Estratégico para el Cambio Climático 2011-2030, con el objetivo de descarbonizar la economía y mejorar la capacidad de adaptación frente a la crisis medioambiental.
Según el estudio elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Comisión Europea (CE) y el Banco de Desarrollo de América Latina CAF, en República Dominicana, conforme a datos de 2019, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) per cápita fueron de 3,9 toneladas de dióxido de carbono equivalente, inferiores a las medias de América Latina/Caribe (6,3) y de los países de la OCDE (9,1).
En cuanto al área marina protegida, en 2021 supuso el 18 % de sus aguas territoriales, muy cerca del
18,6 % de la OCDE y muy por encima del promedio de la región del 7,3 por ciento.
En República Dominicana el gran problema es la contaminación del aire- en 2019 el 100 % de su población estaba expuesta a niveles que suponen riesgos para la salud humana, frente a la media del 95,4 % de América Latina y al 61 % de la OCDE.
Ante ello, se trabaja en programas de creación de capacidades para la gestión de la calidad del aire, la evaluación del impacto ambiental y la gestión de desechos sólidos y residuos marinos dentro del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y Estados Unidos.
Para República Dominicana, entre los diez-quince países más vulnerables del mundo frente a la crisis climática, el reto es adaptarse al cambio climático más que mitigarlo porque no es responsable de la generación de los GEI, como insistió en una reciente entrevista a EFE el ministro dominicano de Medio Ambiente, Miguel Ceara Hatton.
Con la vista puesta en esa adaptación, existe un Consejo Nacional dominicano para el Cambio Climático, encargado de formular, implementar y hacer cumplir las políticas y proyectos al respecto.
Las iniciativas medioambientales se suceden y, así, en junio pasado se creó el primer Observatorio de Movilidad Sostenible, este 2022 el Ministerio de Medio Ambiente, la Superintendencia de Valores de la República Dominicana y la Corporación Financiera Internacional (CFI) firmaron un acuerdo para desarrollar la Taxonomía Verde de República Dominicana y cada año el departamento de Agricultura lanza planes para minimizar el impacto del cambio climático en el sector.
Además, República Dominicana fue el tercer país en firmar, en 2021, un acuerdo con el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques del Banco Mundial para recibir pagos por las acciones destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la deforestación.