-Si tienes 18 debes estar en la universidad y trabajar; si tienes 25 ya debes tener un título universitario, tener pareja y estar pensando en familia; con 30 debes tener independencia económica, tener hijos, pareja, vivir de lo que te apasiona, tener vehículo y estar ya encaminado a comprar tu casa; con 40 debes haber construido una carrera, formado un hogar, tener tu casa y tener un alto cargo o tu propia empresa-, esta es la idea que la sociedad ha creado para todos. De no ser llevado este ritmo se considera que esa persona no es exitosa y que se le está pasando el tiempo.
Pero, ¿a qué se debe esto? Sin duda, cada década en la vida de un individuo trae cambios, retos y nuevas experiencias, pero estas están acompañadas de obstáculos y circunstancias individuales de cada persona.
Un fenómeno que describe este punto de inflexión del ser humano es la llamada “crisis de los 40”, que en esta ocasión llamaremos “Crisis de los 30” y explicaremos sus causas, motivaciones y como salir de ella.
Según la psicóloga Ana Gorrochategui en un artículo publicado en La Mente es Maravillosa la “Crisis de los 40”, también denominada “crisis de la mitad de la vida” hace referencia a la vorágine de interrogantes vitales y sensaciones encontradas propias de este momento vital, y a pesar de que hay autores que no estan de acuerdo es un fenómeno universalmente aceptado.
Expectativas y realidad
En muchas ocasione llegamos a los 18, a los 25, a los 30, a los 40…. y nos damos cuenta de que lo que creíamos que iba a estar pasando cuando llegáramos a esta edad no era más que una utopía: esa por la que te preguntan constantemente y que en ocasiones encuentras cuando miras la vida de otros con tu misma edad. Entonces te comparas y te sientes perdido, menos realizado y las opciones de reconducir el desastre te parecen nulas.
La crisis de los 30
La década de los 30 supone para las personas una gran presión. Algo sucede en este momento de la vida que se alimenta de expectativas sociales, frustraciones internas y sensación de un “deber de encauzar la vida” muchas veces no cumplido.
“Hablamos de esa motivación por alcanzar una estabilidad frente aquella que nos anima a alimentar el dinamismo por el que se caracteriza la juventud. Una encrucijada, en muchos casos, difícil de gestionar; y más si tenemos en cuenta que no es raro que en la mezcla existan también presiones familiares o sociales”, afirma la psicóloga.
Las grandes presiones de cada etapa
Cada etapa de la vida tiene sus propias presiones, y cuando estamos en un momento determinado tendemos a evaluar. Percibir dicha evaluación como negativa puede incluso generar frustración, ansiedad y/o un estado de ánimo depresivo.
Pareja y vida familiar
Dentro de las presiones de los 30, el psicoanalista Eriksonestá plantea la importancia de construir relaciones de intimidad. De este modo, se llena la necesidad de generar vínculos estrechos, recíprocos y de confianza como fuente de bienestar en este momento de la vida.
“A los 30 parece ser ese momento en el que ya deberíamos tener pareja, familia, planes de futuro…algo estable y seguro. Por tanto, la ausencia de una relación estable de pareja, se convierte, para muchas personas, en pieza angular de esta crisis de los 30”, afirma la psicóloga Ana Gorrochategui.
Trabajo e independencia
La profesional de la conducta, plantea que el trabajo y la independencia también se evalúan a los 30. “Has estudiado, te has dedicado a lo que ha surgido y has rascado debajo de las piedras para encontrar cualquier cosa que coincidiera con aquello que hace no tanto quisiste ser. Has dejado de buscar lo que te gusta y te has conformado, o te gustaría tener una opción con la que conformarte. Puede que tengas varios trabajos o que hayas emprendido. El tema es que ya no sabes si es la crisis, las malas decisiones o la mala suerte, pero sigues sin lograr una independencia económica y para completar ya es hora de comprarte tu casa”.
Cambio de prioridades
Ya no es lo mismo que cuando tenías 15. Ahora hay otras prioridades y mientras más pasan los años estas se vuelven más personales y situacionales, lo cual nos puede hacer sentir lejos de personas que siempre han estado cerca.
Cambio de planes
La psicóloga plantea que a los 30 el tiempo de ocio tiende a ser más escaso, se multiplican las responsabilidades y la frecuencia y características de los planes sufren un cambio evidente. “Es posible que nos sintamos más identificados con planes que hacíamos antaño o que nos genere rabia hacer propuestas que se quedan en el olvido. Incluso es posible sentir una gran sensación de vacío si percibimos que no tenemos control sobre los cambios. Cuando no actuamos ante estas sensaciones, podemos sentirnos socialmente frustrados”.
5 claves para sobrellevar la crisis de la edad
Toma perspectiva: la profesional Gorrochategui plantea que una de las claves para que la edad no suponga un periodo de vulnerabilidad emocional es dar un paso atrás en busca de perspectiva. ¿Dónde está escrito “cuándo debe ser qué”? y ¿la línea que mide mi plenitud es externa? Si es así…, ¿qué sentido tiene? Tal vez la presión de los 30 no tenga por qué ser tu presión.
Tu vida, tus objetivos: La gente pregunta, habla, insinúa, espera… Pero la gente es la gente, y tú eres tú… Y eres la única persona con la que vas a pasar 24 horas cada día de tu vida. Busca satisfacer tus expectativas. La presión de los 25 o 30 no va a durar toda la vida… y si lo hace depende de ti. Valora tus necesidades y construye tus propios objetivos, dice la psicóloga en La Mente es Maravillosa.
Hay situaciones que escapan a nuestro control: Pese a los esfuerzos, las ganas y el trabajo, hay muchas cosas que escapan a nuestro control. Hay paredes para las que no tenemos una escalera, pero tal vez subir hasta algún punto nos permita observar que en otro sitio brilla algo. Con cada fase vital crecemos.
Súmate al cambio: el mundo cambia rápido y quizás estas tomando resistencia. Si te incomodan los cambios de tu entorno, tal vez sea hora de cambiar algo. Cambia las quejas por propuestas, los lamentos por búsqueda de motivaciones. Tal vez sea hora de buscar prioridades, de encontrar una pasión, de conocer gente nueva o de cambiar de entorno. ¡Mira dentro de ti!
“En definitiva, valora lo que tienes y a dónde te puede llevar. La mayoría de las veces la salud es suficiente para emprender un viaje hacia uno mismo, hacia una meta o hacia una actitud. Que vivamos este conjunto de sucesos como una crisis dependerá de cada persona”, dice la especialista.
Y sí, es cierto que vivimos en sociedad y que pretender huir de su “dictadura” puede parecer misión imposible… Pero detrás de la presión por la edad, esta quien la vive, y detrás de cada persona, mil posibilidades. ¡Busca las tuyas!