Cualquier exhibición pública, mención de la homosexualidad o apoyo al colectivo LGTB podrá ser perseguido en Rusia cuando se apruebe definitivamente la nueva ley contra la «propaganda» gay. La nueva norma amplía la ya existente, que prohíbe la propaganda entre menores de edad, también a los adultos. Este jueves la Duma (Cámara Baja del Parlamento) aprobó la ley en una primera lectura por unanimidad.
El diputado autor del proyecto, Alexánder Jinshtéin, apuntó que la prohibición total del colectivo LGTB no se plantea, y que sería una tontería. «Nos guste o no, existe», aseguró. Y añadió que el objetivo de la nueva ley «es que se detenga la propaganda». Para ello, «las sanciones son más que sustanciales».
La nueva redacción prohíbe terminantemente la «propaganda» de «relaciones o preferencias sexuales no tradicionales» tanto en los medios de comunicación, como en internet, los libros, el cine, la publicidad y los servicios audiovisuales.
Según la web de la Duma, la ley va a endurecer los requisitos para el sector de la publicidad. Del mismo modo, a las películas que «promuevan relaciones no tradicionales» no se les concederá licencia de alquiler.
Difundir información «entre personas de cualquier edad» sobre el colectivo LGTB puede ser castigado hasta con 400.000 rublos (6.500 euros). Si el infractor es una empresa, la multa puede ascender hasta los 5 millones de rublos (81.200 euros).
La ley actualmente existente, contra la propaganda dirigida a menores, se aprobó en 2013. Apoyándose en ella, las autoridades de Rusia han prohibido la celebración de marchas del orgullo gay o han detenido a activistas que han intentado manifestarse.
Los diputados sostienen que con esta ley defienden la moralidad de la tradición rusa frente lo que consideran valores liberales «no rusos» vigentes en Occidente.
«No estamos prohibiendo las referencias al LGTB como fenómeno. Prohibimos la propaganda, y la redacción es aquí extremadamente importante. El fenómeno LGTB es un elemento de guerra híbrida y en ella tenemos que proteger nuestros valores, nuestra sociedad y a nuestros niños», dijo la semana pasada Jinshtéin.
Para que la ley se apruebe definitivamente, son necesarias dos lecturas más en la Duma. Luego pasará al Consejo de la Federación (Cámara Alta) y, al final, debe recibir la firma del presidente ruso, Vladímir Putin.
Viacheslav Volodin, presidente de la Dumna, dijo este jueves que en la segunda lectura es posible que la ley se endurezca incluso más. Podría ampliar la lista de información que se prohíbe diseminar entre los menores de edad, incluida la «información que pueda hacer que los niños quieren cambiar de sexo», explicó Volodin.