Cada vez estamos más cerca de un tratamiento eficaz contra la caída del pelo, pero antes los científicos tienen que comprender mejor cómo se desarrolla el folículo piloso, la parte de la piel de la que nace el cabello.
Investigadores de la Universidad Nacional de Yokohama en Japón lograron un avance importante cultivando folículos pilosos completamente funcionales a partir de células madre pluripotentes de ratones.
El proceso por el que las células se organizan y transforman en tejidos se conoce como morfogénesis. La morfogénesis del folículo piloso es poco conocida y, hasta ahora, los científicos no habían logrado replicarla in vitro.
Para conseguirlo, el equipo utilizó un hidrogel de baja concentración como estructuras de soporte llamadas matrices extracelulares, alterando la disposición de dos tipos de células embrionarias en el cultivo y desencadenando la formación de un núcleo de células epiteliales, que a su vez quedó rodeado de células mesenquimales.
Se cree que estos dos tipos de células madre juegan un papel importante en la morfogénesis del folículo piloso durante el desarrollo embrionario. Disponiéndolas en esta configuración de núcleo-envoltura en la placa de cultivo durante 23 días, los investigadores lograron desarrollar organoides de folículos completamente maduros de alrededor de 3 mm de longitud con una eficiencia cercana al 100%. Al mismo tiempo, obtuvieron nuevos conocimientos sobre los mecanismos de señalización que permiten la morfogénesis del folículo piloso.
Pero los investigadores fueron más allá introduciendo en el cultivo un fármaco para el color del cabello, lo que mejoró significativamente la pigmentación de los folículos. Los organoides de folículos pilosos también se trasplantaron a ratones sin pelo, que generaron nuevos folículos en cuestión de semanas.
Los científicos, que han publicado sus hallazgos en la revista Science Advances, ven sus organoides como herramientas prometedoras para estudiar los trastornos de pérdida de pelo, como la alopecia, y el desarrollo de medicamentos para el crecimiento del cabello. Por ahora, intentarán adaptar la tecnología usando células humanas en lugar de células de roedores.