Sumar la primera derrota de la temporada no fue la única mala noticia para Pelicans en el día de ayer. Ni mucho menos la más preocupante. Antes de corroborar su caída ante unos sorprendentes Utah Jazz, Nueva Orleans perdió por lesión a Zion Williamson y Brandon Ingram. El primero de ellos ni siquiera dirigió su paso a vestuarios después de sufrir una aparatosa caída. Intentó seguir en cancha y, después de percatarse de que era imposible, terminó viendo el partido desde el banquillo. Los médicos no le trataron hasta el final del encuentro, concluyendo que el jugador sufría una contusión en la cadera.
El historial reciente de Zion hace saltar las alarmas a poco que asome cualquier problema físico. Pero los Pelicans han dejado claro que se ha evitado un daño mayor y que la lesión no reviste mayor gravedad. La organización aún no se ha pronunciado sobre los plazos de su recuperación y su posible regreso. Nueva Orleans disputará su próximo partido el martes ante los Dallas Mavericks. Fecha para la cual se deberían conocer nuevas noticias tanto de Williamson como de Ingram, del que aún no existe actualización. El alero tuvo que abandonar la pista por un golpe en la cabeza y quizás tenga que ponerse en manos de los protocolos por contusiones craneales.