La Comisión Europea propuso este martes que al menos el 15 % de las compras de gas natural del bloque para llenar las reservas de cara al invierno 2023-2024 se hagan a través de una plataforma conjunta en la que los Veintisiete usen su poder de mercado para abaratar el precio del hidrocarburo.
Es una de las medidas incluidas en la nueva batería de propuestas que el Ejecutivo comunitario llevará a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de este jueves y viernes, en la que los líderes quieren pactar actuaciones que atajen los desorbitados precios del gas natural.
Bruselas sospecha que el próximo invierno sea incluso más duro que el de esta temporada y quiere tener preparado un marco legal que permita iniciar ya en abril las compras conjuntas, una idea que España y otros países reclaman desde finales de 2021.
«Las compras de gas conjuntas tienen el potencial de reducir las ofertas descoordinadas para el suministro de gas entre Estados miembros, lo que resultaría en un acceso más justo a gas y potencialmente en menores precios», argumentan las autoridades comunitarias, que ven esta estrategia «especialmente relevante» de cara al llenado de los depósitos a partir de la primavera de 2023.
La propuesta se basa en la participación obligatoria de todos los Estados miembros en un mecanismo de compras centralizadas en el que se agregaría la demanda del hidrocarburo en cada país y a través de la que se compraría «al menos el 15 % de sus objetivos de almacenamiento».
Además, la Comisión Europea anima a las compañías energéticas a poner en marcha un «sistema voluntario de compras» o consorcio en el que aprovechen también su poder conjunto de negociación, aunque siempre que respete las reglas comunitarias de competencia.
Por otro lado, la propuesta de reglamento de Bruselas plantea un modelo obligatorio de solidaridad entre Estados miembros que se utilizaría en casos de emergencia cuando no existan acuerdos bilaterales de colaboración entre países.
«Deberíamos tener cuarenta acuerdos de solidaridad de este tipo, pero solo tenemos seis. No es suficiente en una crisis de este calibre», justificó en una rueda de prensa la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Bruselas quiere cerrar esta laguna con normas estandarizadas para todos (que se aplicarían en ausencia de pactos bilaterales) y también dotarse de poderes para repartir gas por toda la UE en caso de «emergencia de suministro».
En esos casos, Bruselas también establecería el precio al que se fijarían los intercambios y la propuesta sugiere utilizar el precio medio del mes anterior a la solicitud de asistencia por parte de los Estados miembros que reclamen la solidaridad del resto del club.
Además, el Ejecutivo comunitario sugiere nuevas ideas para reducir de manera «proactiva» el consumo «no esencial» de gas, por ejemplo limitando el uso de calefacción en exteriores o en piscinas privadas, siempre teniendo en cuenta que las medidas no deben afectar a consumidores vulnerables que no disponen de margen para recortar más su demanda.