El Programa de Educación en Salud y Nutrición para Niños de Latinoamérica (EDUSANU) que lleva a cabo la Fundación Dominicana de Obesidad y Prevención Cardiovascular (FUNDO), celebró este viernes el “Día Mundial de la Alimentación”.
El acto se llevó a cabo en el Colegio San Juan Bautista de la ciudad de Santiago y fue encabezado por su directora, la licenciada Mercedes Coronado y por la doctora Raisa García, coordinadora general del programa de EDUSANU, quien aprovechó la oportunidad para enfatizar en la necesidad de tener buenos hábitos alimenticios desde la infancia. “Si enseñamos a los niños a elegir alimentos saludables, tendremos niños y adultos más sanos, con mucho menos riesgo de padecer de sobrepeso, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades ligadas a la mala alimentación”, expresó la profesional de la nutrición.
Con mucho entusiasmo niños, profesores, personal administrativo y algunos padres compartieron un desayuno saludable para simbolizar la importancia de la buena alimentación en la salud presente y futura de todos.
El Día Mundial de la Alimentación se celebra el 16 de octubre de cada año. Fue proclamado en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Su finalidad es concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. El día coincide con la fecha de la fundación de la FAO en 1945.
Con el tema de este año, “No dejar a nadie atrás”, la FAO llama a la reflexión porque, aunque hemos avanzado en la construcción de un mundo mejor, demasiadas personas se han quedado atrás. Personas que no pueden beneficiarse del desarrollo humano, la innovación o el crecimiento económico.
De hecho, millones de personas en todo el mundo no pueden permitirse una alimentación sana, lo que las pone en alto riesgo de inseguridad alimentaria y malnutrición. Pero para poner fin al hambre no se trata solo del suministro. Hoy en día se producen alimentos suficientes para nutrir a todos en el planeta.
El problema radica en el acceso y la disponibilidad que se ven cada vez más obstaculizados por numerosos desafíos, como la pandemia de COVID-19, los conflictos, el cambio climático, la desigualdad, la subida de precios y las tensiones internacionales. Personas de todo el mundo están sufriendo el efecto dominó de unos desafíos que no conocen fronteras.