El método para no hacer caso a los pensamientos negativos y evitar machacarte sin sentido

El terapeuta Russ Harris recomienda «tratarlos como spam en la bandeja de entrada».

El síndrome del impostor es un fenómeno muy común por el que personas por lo demás perfectamente capacitadas sienten que no están a la altura de los restos que se les plantean, normalmente en el ámbito profesional, pese a que sus resultados y las personas cercanas indiquen que sí lo están.

En cierto modo, se trata de una manifestación típica de los pensamientos intrusivos, que son aquellos molestos o desagradables que aparecen en nuestra mente sin que tengamos control sobre ellos. Lo que sí que es posible, no obstante, es aprender a lidiar con ellos de forma que nos provoquen el menor sufrimiento posible y no influyan en nuestra manera de actuar o nuestras decisiones.

«Trata a tus pensamientos como si fueran spam»

En esto se centra el médico y terapeuta ACT Russ Harris cuando en su libro La trampa de la felicidad explica que no es necesario hacer caso a estos pensamientos. «Trata tus pensamientos como si fueran spam en tu bandeja de entrada; cuando ves que son basura, ya no tienes que abrirlos y leerlos».

Los trastornos de ansiedad que pueden derivar si no se tratan adecuadamente en problemas de salud mental más graves también pueden incluirse en esta lista al poder ser realmente incapacitante.

La trampa de la positividad tóxica para nuestra salud mental: «Nos hacen creer que podemos con todo».

Harris lo ilustra con su propio caso, afirmando que «en muchos ámbitos de mi vida […] cualquier error que cometiera me disparaba el mismo pensamiento: ‘Soy un incompetente’. […] No siempre con esas palabras, claro está. A menudo era ‘¡Idiota!’, ‘¡Eres un inútil!’ o ‘¿Es que no sabes hacer nada a derechas?'».

Sin embargo, el terapeuta encontró una manera de que no le afectasen excesivamente: «Esos pensamientos no son un problema si los veo como lo que son: una pieza de ‘programación’ antigua que se enciende en mi cabeza».

«Básicamente, cuanto más en sintonía estés con la experiencia directa de tu vida (en lugar de con el comentario constante de tu mente), más sencillo te resultará hacer cosas que te acerquen a la vida que quieres», concluye Harris. 20 MINUTOS