El rey Carlos III se ha dirigido por primera vez a millones de británicos en medio de la sensación de conmoción colectiva y profundo vacío dejado por Isabel II al cabo de 70 años de reinado. En un mensaje grabado en el Palacio de Buckingham, tras su llegada desde Balmoral, el monarca ha recogido el testigo de su madre y ha renovado su promesa de «un largo servicio a los británicos».
«Cuando ella heredó la Corona se comprometió a estar al servicio de sus británicos toda su vida, fuera larga o corta», ha recordado Carlos, en un tono solemne y con la emoción contenida. «Ella convirtió esas palabras en el profundo compromiso personal que definió su reinado. Ha sido un ejemplo y una inspiración para mí y para todos en mi familia», ha dicho, para añadir: «La reina Isabel tuvo una vida bien vivida y mantuvo su promesa con el destino».
En el momento más personal de su discurso, el rey de 73 años ha recordado cómo «el afecto, la admiración y el respeto» se convirtieron en la marca de su reinado. «Y como cualquier miembro de la familia puede testificar, ella combinó esas cualidades con el calor, el humor y la inigualable habilidad para ver siempre lo mejor en la gente», ha agregado.
Carlos III ha rendido también tributo «al amoroso apoyo de mi querida esposa Camilla», en el momento de recordar que ha recibido el título de reina consorte. Tuvo también palabras afectuosas para su hijo Guillermo y extendió incluso su «amor» y sus mejores deseos a Enrique y Meghan «al otro lado del Atlántico».
Vestido con traje oscuro y arropado por Camilla, Carlos se ha dado el primer baño de masas ante la verja de Buckingham, donde fue coreado a su llegada a los gritos de «God save the king!» («¡Dios salve al Rey!»). Carlos ha saludado efusivamente a los congregados y ha intercambiado palabras con ellos e, incluso, ha llegado a ser besado por una admiradora.