Google indicará a partir de ahora en su aplicación de Mapas y en su motor de búsqueda qué clínicas y hospitales ofrecen abortos en Estados Unidos, en un momento en que varios estados están restringiendo el acceso a esta práctica tras una sentencia del Tribunal Supremo.
En un comunicado, la empresa de Mountain View (California, EE.UU.) explicó que estos lugares aparecerán etiquetados específicamente como centros en los que se practican abortos cuando el usuario busque «clínicas abortistas cerca de mí».
Los resultados mostrarán únicamente centros en que Google haya recibido confirmación de que efectivamente se practican abortos, para no enviar a nadie a un lugar en que esto no ocurra.
Si no hay clínicas cerca del usuario, se le sugerirá ampliar el radio de búsqueda.
Informes publicados recientemente apuntan a que las búsqueda sobre centros abortistas en Google enviaban a los usuarios a algunos lugares en que se les proporcionaba información falsa sobre este procedimiento, o incluso a clínicas antiabortistas.
Este mismo jueves, un juez de Dakota del Norte bloqueó la ley que prohibiría el aborto en ese estado del norte de EE.UU., justo un día antes de que esta hubiera entrado en vigor.
El magistrado Bruce Romanick dio la razón a la clínica abortista que presentó la demanda contra el Estado y bloqueó la entrada en vigor de la ley mientras se resuelve el caso, al alegar que de lo contrario se produciría una «daño significativo» a los demandantes.
Los estados conservadores de Texas, Idaho y Tennessee comenzaron a implementar este jueves unas leyes que prohíben casi por completo el aborto y, en algunos casos, establecen castigos de hasta cadena perpetua para los doctores que lo practican.
Se trata de un nuevo paso en la guerra contra el aborto que se libra a nivel estatal desde que el Tribunal Supremo de EE.UU. retirara en junio las protecciones federales a ese derecho, lo que ya ha dejado a más de 20,9 millones de mujeres en edad reproductiva sin acceso a ese procedimiento.
Las nuevas leyes no cambian la realidad sobre el terreno en Texas, Idaho y Tennessee, que ya prohibían el aborto a las 6 semanas de embarazo y donde la mayoría de las clínicas dejaron de prestar esos servicios tras el fallo del Tribunal Supremo.
Sin embargo, sí establecen o aumentan las multas y penas de cárcel para el personal médico, en un intento por intimidarlo, según las organizaciones defensoras del aborto.