Chet Holmgren, número 2 del Draft 2022, se perderá la totalidad del curso baloncestístico 2022-23, y es que el diagnóstico ha confirmado que la cojera inmediata a la acción en la que el rookie trataba defender a LeBron James, estaba más que justificada: lesión de Lisfranc, un fractura (según las primeras fuentes) en la parte media de su pie derecho, en la articulación tarso-metatarsiana.
No hay certeza, todavía, de que el nuevo jugador de los Thunder deba pasar por quirófano (aunque el GM de los Thunder, Sam Presti, acaba de indicar que es lo más probable); en caso de que así fuere, serían entre 3-4 meses sin ningún tipo de actividad física, y a partir de ahí comenzar con la rehabilitación y el fortalecimiento de ligamento y articulación.
Aunque algunos quisieron señalar la debilidad física de Holmgren como la causa de la lesión y su incapacidad de hacer frente a un portento como LeBron, lo cierto es que el partido disputado en el Pro-Am, organizado por el exjugador Jamal Crawford, tuvo que ser suspendido minutos después debido al pésimo estado del parquet, ya que la condensación estaba convirtiéndolo en una superficie extremadamente resbaladiza; algo que pudo influir en el mal apoyo de Chet y que ahora ya no tiene remedio, salvo una buena ración de paciencia.
Esto supone jarro tremendo de agua fría no sólo para los Thunder en particular sino para cualquier aficionado NBA en general, ya que había mucha ilusión y ganas por ver cómo este nuevo proyecto de ‘unicornio’ se adaptaba al cambio físico y cualitativo que implica dar el salto desde la NCAA a la cima profesional.