En 2012, un joven Steve leyó un artículo en The Verge sobre hacking corporal. Comenzaba con una anécdota sobre una tienda de piercings en Pittsburgh que implantaba imanes de neodimio en las yemas de los dedos usando nada más que cubitos de hielo como anestesia. Esto, para mi cerebro de quince años, era la cosa más genial del mundo.
Por supuesto, mis padres me prohibieron ir a Pittsburgh para realizar el procedimiento, y probablemente tuvieran razón: esos imanes se debilitan con el tiempo, eliminando tu sexto sentido y dejando solo una cicatriz en los dedos como recuerdo. Pero el concepto de modificación del cuerpo, de tomar este conjunto destartalado de materia orgánica y hacerlo mejor, más capaz, nunca abandonó mi mente.
Así que, si alguien implanta un chip experimental en su mano para que actúe como la llave de un coche, le entiendo. El vídeo incrustado a continuación empieza en el segundo 31 para demostrar la función del chip y omitir el procedimiento de implantación, que muestra la mano de un hombre siendo cortada quirúrgicamente para colocar el microchip en su interior.
De acuerdo, “experimental” puede ser pasarse. El chip es un NFC multipropósito, actualmente en beta, que pronto será un modelo de producción. Su probador es Brandon Dalaly, propietario de un Tesla y aparente entusiasta de la modificación corporal. Y aunque su chip es un nuevo diseño, está lejos de ser la primera persona en implantar hardware para controlar un Tesla en su cuerpo.
En 2019, USA Today publicó una historia sobre la ingeniera de software y body modder Amie DD y su chip para abrir un Tesla. El trabajo de Amie DD es anterior al chip beta de Dalaly, pero toma un enfoque alternativo: la ingeniera arrancó la etiqueta NFC de la llave-tarjeta del automóvil y la encapsuló en un polímero bioseguro antes de implantarla en su brazo.
Amie DD trabajó con una empresa llamada VivoKey para hacer implantable el chip NFC, lo que llevó a un producto llamado TeslaFlex que se podía comprar en la conocida tienda de biohacking Dangerous Things. Pero el TeslaFlex tenía problemas: solo podía desbloquear el Tesla, no operarlo.
Las llaves de Tesla ejecutan un software llamado Java Card, que se usa para comunicaciones seguras entre la tarjeta y el automóvil. Así que VivoKey volvió a la mesa de dibujo y desarrolló un nuevo chip implantable capaz de ejecutar esos applets. ¿El resultado? VivoKey Apex: el mismo chip beta que Dalaly instaló y demostró.
Claro, usar el dorso de la mano para desbloquear el coche no es mucho más conveniente que una llave o un teléfono. Pero la idea de extender el cuerpo humano, haciéndolo capaz de cosas mucho más allá de lo que la evolución o la biología pueden lograr, sigue siendo increíblemente interesante y atractiva. Si vamos a vivir en una distopía cyberpunk, también podemos obtener los divertidos beneficios de esta alta tecnología.