Con golpes de cacerolas y consignas como “El pueblo tiene hambre», una marcha de varios miles de personas encabezada por maestros en huelga indefinida llegó el lunes hasta las inmediaciones de la Asamblea Nacional de Panamá, en la segunda semana de protestas en la capital y otros puntos del país canalero contra el imparable alza de los combustibles.
Mientras tanto, el presidente Laurentino Cortizo buscaba poner en marcha una mesa de diálogo en el centro del país con los dirigentes de los gremios magisteriales y sociales, que han sido los catalizadores de las mayores protestas contra el gobierno desde poco antes de que llegara la pandemia de coronavirus.
Varios manifestantes encabezaron la marcha llevando extendida una gran bandera nacional de Panamá, mientras que algunas mujeres golpeaban cacerolas con cucharas. Simultáneamente, otros grupos protestaban frente a la Universidad de Panamá (pública).
Los gremios de maestros y profesores acordaron la semana pasada extender una huelga para presionar al gobierno a que tome medidas inmediatas dirigidas a bajar y/o congelar los precios de los combustibles, que en cuestión de semanas se han duplicado. Un galón de gasolina supera actualmente los seis dólares.
Los gremios sostienen que ello impacta en los precios de los alimentos.
El gobierno congeló hace poco en 3.95 dólares el galón de gasolina a algunos sectores para evitar el incremento del pasaje y de los alimentos. Luego accedió a otorgar una compensación económica de entre 250 y 1,500 dólares a transportistas de carga agrícolas que paralizaron por varios días.
A las protestas de los maestros se sumaron el fin de semana indígenas del occidente del país que cerraron la carretera Panamericana internacional y el poderoso sindicato de la industria de la construcción que decretó una huelga de 24 horas para el miércoles.