El Gobierno marca distancias desde la visita del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero a Venezuela. Preguntado sobre este viaje, en el que Zapatero se ha reunido con Nicolás Maduro, entre otros, la canciller, Arancha González Laya, ha evitado evaluarlo. "En la visita de los ciudadanos españoles a Venezuela, como ciudadanos españoles, no tengo nada que comentar", dijo el ministro, que ni siquiera ha mencionado el nombre de Zapatero. Simplemente ha enmarcado su figura en esa categoría de "ciudadanos españoles" que se mudan a Venezuela.
La jefa de diplomacia apareció en el Palacio de Viana, sede de Asuntos Exteriores, después de reunirse con su homólogo griego, Nikos Dendias, y evitó respuestas claras en Venezuela. Más allá de la respuesta con respecto al trabajo de mediación de Zapatero en Caracas, que revela cierta incomodidad sobre la posición del Gobierno con respecto a estos esfuerzos, el ministro ha asegurado que no discutió la crisis venezolana con el Secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo. González Laya habló por teléfono con Pompeo el viernes pasado y pronto se mudará a Washington para continuar "revitalizando la relación" entre los dos países, pero hasta ahora no ha habido referencias a la situación venezolana, según sus palabras.
González Laya ya se distanció, en una entrevista en el SER, de las posiciones opuestas expresadas por Zapatero y Felipe González a causa de la visita a España de Juan Guaidó, presidente a cargo de Venezuela, según el reconocimiento que le otorgaron más de 50 países, y el que recibió el ministro en lugar del presidente ejecutivo, Pedro Sánchez. "Todas las opiniones de todos los creadores de opinión en España son muy respetables, pero la posición del gobierno es muy clara", dijo el ministro en la radio. En una entrevista publicada este domingo en EL PAÍS, González Laya dijo que España "está haciendo esfuerzos para acompañar una resolución pacífica" en la crisis venezolana.