El presidente de la Caixa Económica Federal, Pedro Guimaraes, un economista muy próximo al mandatario Jair Bolsonaro, renunció este miércoles a su cargo tras ser acusado de acoso sexual por funcionarias de ese banco estatal.
Las denuncias contra Guimaraes, presentadas a tribunales por al menos cinco funcionarias del banco y aún no comentadas por el Gobierno, se tramitan bajo secreto judicial, pero fueron desveladas la víspera por el portal Metrópoles, que publicó además dolorosos testimonios de las propias víctimas.
Según fuentes oficiales, Guimaraes, un economista alineado con la ultraderecha liberal, deberá ser sustituido por Daniella Marques, hasta hoy directora de Productividad del Ministerio de Economía y persona de la mayor confianza del titular de esa cartera, Paulo Guedes, de quien incluso fue socia en el sector privado.
En una nota en la que comunicó su renuncia, Guimaraes atribuyó su decisión a una «avalancha de noticias equivocadas» y a «diversas acusaciones hechas antes de poder exponer argumentos de defensa», aunque aseguró que esa «situación será corregida con la fuerza de la verdad».
También sostuvo que, a pesar de las graves denuncias, que llegó a vincular con una hipotética intención de «afectar» la intención de Bolsonaro de renovar su mandato en las elecciones de octubre, su trabajo en la Caixa Económica se enfocó, entre otros objetivos, en la promoción de «la igualdad de género y el liderazgo femenino».
Bolsonaro aún no se ha manifestado sobre el caso, aunque fuentes oficiales habían dicho que estudiaba la posibilidad de destituir a Guimaraes o exigirle la renuncia este mismo día.
Guimaraes, por su parte, ignoró las denuncias hasta difundir la nota de renuncia y este mismo miércoles asistió, junto a su esposa, a un acto oficial en el que aseguró que «siempre» se ha «guiado por la ética» y destacó los «valores tradicionales de la familia», en línea con el pensamiento de la ultraderecha que lidera el gobernante.
Los dolorosos testimonios recogidos por Metrópoles, sin embargo, dibujaron otra cara del influyente presidente de la Caixa Económica, quien suele acompañar a Bolsonaro en sus viajes por el país.
En los relatos se habla de reiterados abusos, caricias, intentos de promover orgías o invitaciones a saunas o hasta a la habitación que Guimaraes ocupaba en hoteles en viajes oficiales con su equipo, integrado por varias mujeres.
«Es común que te agarre por la cintura y por el cuello. Ocurrió conmigo y con varias colegas. Trata a las mujeres que están cerca de él como si fueran suyas», dijo una de las denunciantes.
Hasta la renuncia de Guimaraes, la Caixa Económica Federal sólo había respondido al escándalo con una nota enviada a Metrópoles, en la cual afirmó «no tener conocimiento de las denuncias» y garantizó que «adopta medidas para la eliminación de conductas relacionadas con cualquier tipo de acoso».