La fiscal federal de St. Thomas en las Islas Vírgenes de EEUU Delia L. Smith anunció que la dominicana Ramona Rivera Luna, de 65 años se declaró culpable del cargo de tráfico de personas con el propósito de prostituir y de tres cargos de transportar inmigrantes a los Estados Unidos para obtener ganancias financieras.
Dentro de los documentos judiciales, Rivera Luna era propietaria y operaba The Embers Guest House como una casa de prostitución, donde mujeres de Venezuela y República Dominicana eran contrabandeadas a St. Thomas, para servir como prostitutas en el establecimiento.
La dominicana admitió a las autoridades que llevó a las mujeres a St. Thomas con el falso pretexto de proporcionar un empleo legal como cantineras, también confirmó que se benefició económicamente de este acuerdo tras exigirles a las mujeres que pagaran por el viaje a la isla.
Ramona aparte de explotarlas sexualmente les cobraba el alquiler y un porcentaje del dinero que ganaban al realizar los actos sexuales en The Embers.
La investigación de este caso fue dirigida por Investigaciones de seguridad Nacional y asistida por la Oficina Federal de Investigaciones, la Administración de Control de Drogas, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos y el Servicio de Inspección Postal de los Estados Unidos.