Mientras los tanques y camiones rusos se acercaban a su pueblo, un adolescente ucraniano y su padre lanzaron sigilosamente su pequeño dron al aire.
Trabajando en equipo, tomaron fotos de la columna de vehículos blindados que se acercaba a Kiev y señalaron sus coordenadas, enviando rápidamente la valiosa información a los militares ucranianos.
En pocos minutos, las baterías de artillería lanzaron una lluvia de proyectiles sobre las fuerzas invasoras, con un efecto mortal.
Andriy Pokrasa, de 15 años, y su padre, Stanislav, han sido aclamados en Ucrania por su labor de reconocimiento aéreo voluntario en los primeros días de la invasión, cuando las tropas rusas que se dirigían desde el norte intentaron, sin éxito, tomar la capital y poner al país de rodillas.
Durante toda una semana después de la invasión del 24 de febrero, la pareja realizó repetidas salidas con su dron, arriesgándose a ser capturados o a algo peor si las tropas rusas se hubieran enterado de su espionaje.
“Fueron algunos de los momentos más aterradores de mi vida”, relató Andriy mientras demostraba sus habilidades de pilotaje a un equipo de periodistas de The Associated Press.
“Proporcionamos las fotos y la ubicación a las fuerzas armadas”, dijo. “Acotaron las coordenadas con mayor precisión y las transmitieron por walkie-talkie, para ajustar la artillería”.
Su padre se alegraba de dejar la labor en manos del joven.
“Yo puedo manejar el dron, pero mi hijo lo hace mucho mejor. Inmediatamente decidimos que lo hiciera él”, dijo Stanislav Pokrasa, de 41 años.
No están seguros de cuántos objetivos rusos fueron destruidos con la información que les proporcionaron. Pero vieron la devastación causada por el convoy ruso cuando más tarde volaron el dron sobre los restos carbonizados de camiones y tanques cerca de una ciudad al oeste de Kiev y de una carretera de importancia estratégica que conduce a la capital