¿Falta de deseo sexual? ¿Pérdida de memoria? Son síntomas fáciles de confundir con el envejecimiento normal. Sin embargo, pueden estar relacionados con la andropausia.
Javier Romero-Otero, Director de la Unidad de Andrología y Cirugía Reconstructiva del Área Genitourinario del Hospital Universitario HM Montepríncipe, nos indica cuándo responden a la andropausia.
Pérdida de músculo
La testosterona es fundamental para el estado del músculo esquelético. Así que, al disminuir la producción de esta hormona, se reduce la masa muscular y la fuerza.
- La distribución de la grasa se asemeja a la de la mujer y aparece en las glándulas mamarias y en los glúteos, que no son localizaciones habituales en el varón.
Disminución de la libido
Todas las relaciones sentimentales presentan altibajos. Sin embargo, si el descenso en el deseo sexual no parece tener una causa real, puede que responda a un déficit de testosterona.
- El descenso de esta hormona es la causa principal de la falta de ganas de tener relaciones sexuales, menor erección o rigidez de pene y alteraciones en la eyaculación.
Osteoporosis y fracturas
Durante la andropausia, los hombres también pueden sufrir osteoporosis. Incluso, en casos extremos se pueden llegar a producir fracturas óseas.
- Un bajo nivel de la hormona está relacionado con un déficit de mineralización en el esqueleto.
Menor agilidad mental
Aunque las consecuencias más conocidas de la andropausia están relacionadas con la actividad sexual, a lo largo de esta etapa los hombres muestran dificultades también a nivel cerebral.
- Dos de estos efectos se manifiestan en forma de pérdida de habilidad numérica y verbal.
Pérdida de memoria
Además, del apetito sexual, la masa muscular o la descalcificación de los huesos, otra de las consecuencias relacionadas con la andropausia es la pérdida de memoria.
- También presenta falta de concentración, cansancio e irritabilidad.
Falta de energía y optimismo
Por lo respecta a las emociones, la cosa no difiere mucho de las que experimentan algunas mujeres que están pasando por la menopausia.
- El estado de ánimo puede tornarse depresivo aumentando la apatía o falta de emprender actividades.
Hipertensión arterial
La disminución de testosterona también afecta al metabolismo. Provoca un síndrome metabólico en el cual se maneja mal la tensión arterial, tendente a la hipertensión.
- Una investigación dirigida por Kevin Channer, del Royal Hallamshire Hospital, en Sheffield (Gran Bretaña) confirma que existe una relación entre los niveles bajos de testosterona y factores de riesgo cardiovascular.
Diabetes
La andropausia crea un ambiente de resistencia a la insulina que puede finalmente dar lugar al desarrollo de diabetes.
- Además de diabetes, también se produce un aumento de las grasas “malas” el LDL colesterol y un descenso de las grasas “buenas” HDL colesterol.
Señales de la Andropausia
La andropausia y los síntomas asociados a esta etapa de la vida de la mujer son conocidos por la mayoría de la población. Ahora bien, desde hace un tiempo, este término convive con su versión masculina, la andropausia. Para muchos, una forma de llamar al conjunto de síntomas que presenta un hombre con más de 50 años y que están relacionados con el déficit de testosterona.
Sin embargo, ¿realmente existe la andropausia o es un invento carente de base científica? Lo cierto es que según el doctor Javier Romero-Otero, Director de la Unidad de Andrología y Cirugía Reconstructiva del Área Genitourinario del Hospital Universitario HM Montepríncipe, «la andropausia, como tal, no está aceptada por ninguna sociedad científica».
¿Cómo mitigar la Andropausia?
Según el doctor Javier Romero-Otero, «es importante ante la sospecha clínica medirse la testosterona en sangre antes de las 11:00 de la mañana y así comprobar que existe un descenso de ésta. En tal caso se puede administrar un tratamiento sustitutivo, con lo cual se normalizan sus niveles en sangre y conseguimos mitigar todos los citados efectos indeseables.
Para subir el nivel de testosterona es importante mantener rutinas de deporte y llevar una buena alimentación. Fuente Saber Vivir