Desde la UE se considera «extremadamente preocupante» la postura argelina y se hace un llamamiento a «reconsiderar su decisión» de romper el tratado de amistad.
El Gobierno de España se prepara para una posible batalla legal con Argelia en el caso de que el país africano incumpla sus compromisos comerciales con España, especialmente la exportación de gas.
Las relaciones entre ambos países se han tornado extremadamente tensas desde que el Gobierno español cambiara su postura sobre el Sáhara Occidental y admitiera que la propuesta marroquí de convertir el territorio en una de sus provincias era la forma «más seria, creíble y realista» de solventar un conflicto enquistado.
Así, después de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reafirmara su viraje en esta cuestión, y de que la Comisión Europea aprobase la excepción ibérica para poner límite al precio del gas en España y Portugal, este miércoles Argelia dio por roto el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España, suscrito en 2002, y poco después anunció que congelaba la actividad bancaria para operaciones comerciales hacia y desde España.
El Gobierno español se encuentra estudiando las implicaciones prácticas que tendrán estos movimientos, pero la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya ha anunciado que si se incumplen los compromisos contractuales el problema podría ser complejo de resolver, llegando a «arbitrajes» o a los «tribunales».
Por ello, el Ejecutivo español estudia una posible denuncia a Argelia ante la UE, puesto que esa congelación unilateral del comercio entre ambos países podría vulnerar el Acuerdo Euromediterráneo suscrito en 2005, que instaura un régimen preferente de asociación entre Argelia y el bloque comunitario.
La Secretaría de Estado de Comercio de España recoge que Argelia compró a España productos por valor de 1.242 millones de euros entre enero y agosto de 2021, mientras que vendió al país europeo bienes por valor de 2.556 millones de euros, en su mayor parte hidrocarburos.
El gas en el centro del problema
Preocupa especialmente el suministro de gas natural, puesto que Argelia ha sido durante los últimos cincuenta años el principal exportador de gas al país íbero. Esta tendencia solo se rompió a partir de enero de este año, cuando ese primer puesto fue ocupado por EE.UU. después de que Argel decidiera cerrar uno de los dos gasoductos que nutrían a la Península Ibérica, el que transcurría por Marruecos. Así, las exportaciones de gas argelino a España pasaron del 40 % al 25 % en los últimos meses.
Además, los precios del gas en los mercados internacionales también son una grave preocupación. Disparados desde el año pasado, y aún más desde que comenzó el conflicto ucraniano, tienen un peso desproporcionado en la factura de la luz en España, puesto que toda la electricidad, incluso la generada con tecnologías mucho más baratas, se paga al precio que marca en el mercado.
Por eso la noticia de este miércoles de que la Comisión Europea aprobaba la ‘excepción ibérica’ propuesta por España y Portugal, que a partir de ahora les permitirá limitar el precio del gas en el mecanismo de formación de precios de la electricidad, había sido recibida con alivio. Sin embargo, puede haber sido un espolonazo para que Argelia precipitara sus decisiones económicas con respecto a España.
Las compañías transmiten que no hay «ninguna dificultad»
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha afirmado que las compañías energéticas que tienen relaciones comerciales con Argelia le han trasmitido que «no hay ninguna dificultad» para mantener el flujo de gas entre los dos países.
«Daremos una respuesta serena y constructiva, pero también firme en la defensa de los intereses de España y las empresas españolas», ha advertido Albares, quien ha recordado que el pasado 24 de abril el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, sostuvo que el suministro de gas a España estaba garantizado. FUENTE RT EN ESPAÑOL