Los Warriors, tras dos campañas de travesía por el desierto, vuelven por sus fueros para disputar a partir del 2 de junio las que serán sus sextas Finales en ocho temporadas.
Para certificar tal logro que les corona como dinastía si no lo eran ya, dejaron anoche por el camino a Dallas Mavericks. Los de Texas pelearon, pero estuvieron lejos de dar la sorpresa en el Chase Center. Tras un primer cuarto de cierta igualdad, en el segundo los californianos se despegaron para abrir una brecha de hasta 17 puntos. Los chicos de Jason Kidd, quienes sabían que perder era irse de vacaciones, se acercaron por momentos en la segunda parte, pero en ningún momento fueron capaces de poner en peligro real la victoria de Golden State, que puso el 4-1 en la serie con un marcador final de 120-110.
Los Warriors disfrutaron y no es para menos, pero si alguien fue feliz, ese fue Klay Thompson. Tras dos campañas en blanco a causa de dos gravísimas lesiones, el escolta fue el mejor de los suyos al alcanzar los 32 puntos con un 8 de 16 en triples. Thompson apenas puede explicar lo que pasa por su cabeza en momentos así.
«Realmente es difícil ponerlo en palabras. El año pasado, por estas fechas, estaba empezando a trotar de nuevo y a moverme de un lado a otro de la cancha. Ahora me siento yo mismo, explosivo y seguro en mis movimientos. Simplemente estoy agradecido», comenta.
Curry, MVP
Stephen Curry no tuvo su partido más deslumbrante. El base se quedó en 15 puntos y 9 asistencias con un 5 de 17 en tiros de campo. Sin embargo, ello no evitó que fuese nombrado el MVP de la eliminatoria y se llevase el recién acuñado premio Magic Johnson. Más allá de tal honor, el hecho de que no lograse demasiados puntos y que pudiesen ganar con cierta comodidad, habla muy bien de los Warriors de cara a las Finales que tendrán que jugar contra Boston o Miami.
Porque Golden State tiene muchas armas. Andrew Wiggins fue el segundo máximo anotador con un doble-doble de 18 puntos y 10 rebotes, Draymond Green se fue hasta los 17 tantos y 9 asistencias, Jordan Poole consiguió 16 puntos más desde el banquillo… Empiezas a sumar y parece realmente difícil cerrar tantas vías de escape.
Como decíamos, los de San Francisco disputarán sus sextas Finales en ocho años. Suena a racha espectacular, a dinastía, pero incluso crece en importancia cuando lo comparamos con los visto anteriormente en la historia de la NBA. Básicamente son el único equipo que lo ha hecho en el siglo XXI, habiendo solo tres que lo han logrado anteriormente: los Chicago Bulls de Michal Jordan, los Lakers de Magic Johnson y los Celtics de Bill Russell (tanto en los 50 como en los 60).
La despedida de Doncic
Dallas ha cerrado una temporada que ha superado con creces sus expectativas. Nadie contaba con ellos para llegar a las finales de la Conferencia Oeste y ahí han estado. Han ganado un solo partido a los Warriors, pero como ya dijo Jason Kidd: «Esto es solo el comienzo». Así lo deben apreciar.
Anoche, en el Chase Center, Luka Doncic disputó su último partido de la temporada. Lo hizo con su clásico estilo, con sus sonrisas y sus protestas, con 28 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. No tuvo su mejor noche en el tiro (10 de 28) y dejó claro que necesita más ayuda. Spencer Dinwiddie le acompañó con 26 tantos desde el banquillo, pero el resto no aportó demasiado. Los Mavericks necesitan mejorar su acompañamiento. Ese debe ser el único objetivo para el verano y para poder volver a competir con la élite del Oeste. Este curso, el 2021-22, ha encumbrado a los Warriors, pero para el siguiente la alegría podría cambiar de ciudad. Dallas debe ser uno de los conjuntos que esté en esa batalla.