Vivimos la época del mercantilismo y formamos parte de una sociedad en la que se impone el dinero, hay espacio para el amor al estilo “Romeo y Julieta”?
Soy escéptico, incrédulo y poco confiado, quizás por la leyenda que acredita a Santo Tomas, la expresión de “Ver para Creer”.
Y me refiero a los matrimonios entre hijas de ricos y muchachos, probablemente muy buenos, con deseos de superación, pero de familias clase media.
Es muy difícil que ese tipo de relación pueda ser duradera, por una razón básica, las mujeres nunca han sido capaces de soportar a un hombre, económicamente inferior, aún estando enamorada, inicialmente.
Habrá sus excepciones, para confirmar la regla, pero las mujeres tratan de imponerse sobre el macho, aun siendo este el proveedor, a la inversa, lo maltratan y les restriegan en la cara que la rica es ella.
El hombre que al casarse acepta habitar una vivienda adquirida por los padres de la desposada, debe ser consciente que al primer disgusto y consiguiente discusión, la diferencia de dinero saldrá a relucir y de que manera.
Esas situaciones las protagonizan mujeres de todas las edades, parece ser un concepto bíblico, el varón tiene que ser proveedor o no sirve para nada, que no sea complacer los caprichos de la hembra.
El que se respeta, debe alojarse en el lugar que pueda costear, si está dispuesto a ser un pelele, a ser humillado, a que le tiren la ropa por el balcón, pues que se acomode a representar su papel de marioneta!