Las mujeres son las que invierten o gastan dinero, el de los varones casi siempre y las menos, el suyo, obtenido «con el sudor de su frente» y lo hacen en un negocio muy floreciente, la estética, en todas sus modalidades.
Por supuesto, el área más rentable es la cirugía plástica, practicada por médicos calificados y por farsantes que aprovechan la ignorancia y el afán desmedido de las féminas por sentirse bien consigo mismas.
Influenciadas por figuras extranjeras de las redes sociales, mujeres de todas las edades quieren competir con las demás y son capaces de someterse a varios procedimientos a la vez, poniendo en riesgo su vida.
La autoridad pública no tiene la capacidad ni el deseo de querer regular este sector y hay galenos de otras especialidades que hacen procesos estéticos y en lugares inadecuados.
La bariatrica, es un procedimiento que procura salud y porque no, también la figura.
La onda es tener nalgas y tetas grandes, abdomen plano, labios inyectados, cintura estrecha, nariz aguileña, labios vaginales rejuvenecidos, párpados y reducción de brazos y todo lo que se pueda lograr.
Las casadas quieren lucir espectacular para competir con las jovencitas o para retener disque a sus maridos, que conste, lo hacen por ellas, no lograrán su objetivo por completo, pero aumentan su autoestima y reducen sus complejos.
Es normal que las mujeres anhelen verse y sentirse súper, a su vista, claro, aumentando así su ego.
Cirujanos y decenas de esteticistas están haciendo muy buen negocio y otros estafan y engañan con procedimientos pasajeros que no funcionarán.
Es el mundo femenino, entiéndanlas machitos!