Así como desgraciadamente los feminicidios continuarán, igual sucederá con los adultos que tienen y tendrán relaciones sexuales con menores.
La ley es clara, no importa cuál sea el desliz o intensidad de la intimidad o que la menor de su consentimiento, todo tipo de acercamiento está penalizado.
Nuestras leyes, en su mayoría son obsoletas y los profesionales de la conducta insisten en que un adolescente no es consciente de sus actos, esa mentira, no es verdad.
El Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes, modificado por la Ley 136-03, está ahí y ya tiene casi 20 años.
No es cierto que los adolescentes de hoy actúen
inconscientemente, particularmente las hembras que son verdaderas diablas, pero los teóricos se quedan con lo aprendido décadas atrás y sus opiniones prevalecen.
Es innegable que en este tiempo, las niñas de 15 parecen de 20, quizás por la alimentación y en parte por la crianza de las madres, que las visten y maquillan desde los 4 o 5.
Los padres se enorgullecen de ver a sus hijas bailar el perreo y desconocen sus diabluras en los centros escolares y, qué ven y hacen en las plataformas digitales.
El macho ignora los riesgos que corre cuando se junta con una menor, porque no siempre las cosas saldrán a su favor.
El varón que no se ofusca ante una joven brutal, debe pedir cédula, antes de involucrarse con una jevita despampanante, de esas que le cortan la respiración hasta al cura.
Lo salvaje que está dentro de cada hombre, obnubila y lo puede llevar al fracaso. Que ningún varón se atreva a decir lo contrario, pídale a la suerte que lo acompañe y no lo deje caer en la tentación «Amén»!