Si alguien tenía dudas sobre si Stephen Curry llegaría en forma a playoffs tras su lesión, ya puede ir dejándolas de lado. La estrella de los Warriors ha regresado a la acción siendo el de siempre, incluso diríamos que más fresco que antes de sufrir el mencionado percance. Está partiendo desde el banquillo. Anoche fueron solo 23 minutos en pista. Le sobró tiempo para asombrar a todos siendo el máximo anotador del partido con 34 puntos.
Así es. Curry fue un ciclón que arrasó con todo lo que le puso Denver por delante. Firmó un 12 de 17 en tiros de campo (5 de 10 en triples) y le dio tiempo a capturar tres rebotes y repartir cuatro asistencias. Golden State está dando miedo, y no es para menos. Básicamente ningún jugador en la historia de la NBA había anotado tanto en menos tiempo en un partido de playoffs.
«La primera mitad sirvió para que fuese tomando algo de energía y el cuerpo se sintió bien, pude llegar a situaciones ventajosas. Cuando haces ciertos tiros, se siente un poco diferente, se siente un poco más normal y surge más emoción, especialmente tras el descanso obligado que tuve», comenta Curry.
El base de los californianos está genial, pero es que además tienen otras muchas armas para hacer daño al rival. Jordan Poole se marchó hasta los 29 puntos y 8 asistencias, mientras que Klay Thompson alcanzó los 21 tantos. Demasiadas fugas defensivas para que los Nuggets pudiesen pelear por el triunfo.
Aunque el primer tiempo estuvo igualado e incluso los de Colorado se colocaron 12 puntos arriba en el segundo cuarto, los Warriors dieron la vuelta al marcador y al descanso ya vencían por seis puntos, una exigua renta que al acabar el tercer periodo ya estaba en 20. Partido sentenciado.