Los hijos de Hipólito Mejía, Lissa y Ramón Hipólito, fueron los encargados de pronunciar este miércoles el panegírico en honor a su madre, doña Rosa Gómez de Mejía, fallecida el pasado lunes de un infarto.
Con la voz entrecortada y visiblemente afectada por la pérdida de su madre, Lissa Mejía enfocó sus palabras a los momentos vividos con doña Rosa y destacó que aún no sabe cómo la familia podrá afrontar su ausencia.
«Pensar que ya no hablaremos y que ya no me visitarás más en la oficina, que no estarás en tu casa y que no te volveremos a ver ni sentir tus caricias amorosas«, fue parte del mensaje dedicado a su madre por Lissa.https://b96d0441c162dc5b1eb7ab339b22707f.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
Esta recordó que los últimos 10 días de vida de doña Rosa fueron «maravillosos» y que quería pasarse su cumpleaños visitando la Basílica de Higüey, en la provincia La Altagracia.RELACIONADAS
«Tal vez el padre te necesitaba ahí arriba, te fuiste muy rápido, pero sin sufrir y nos queda el ejemplo de una mujer que siempre luchó por la unidad familiar y prometo junto a mis hermanos seguir tu legado», expresó Lissa Mejía.
La hija del expresidente indicó que la admiración de doña Rosa por Hipólito Mejía era infinita, a quien amó con todo su corazón.
«Me quedo con el amor que siempre nos diste a tus hijos y tus nietos, espero en Dios nos dé la fortaleza necesaria para poder vivir sin ti, te amo mami», culminó sus palabras Lissa Mejía.
Al igual que Lissa, Ramón Hipólito dedicó unas palabras a su madre, en las cuales destacó su agradecimiento a todas las personas que fueron al campo santo y que acompañaron a la familia a despedir a su madre.
«Nunca imaginé, aunque sí supe y sabía que la que siempre conseguía una votación unánime en mi casa y en el barrio era mi madre, pero jamás me imagine la alta popularidad y como la gente se volcó para venir, eso produjo muchos contratiempos, gracias por su paciencia», refirió.
Durante sus palabras, el hijo de la exprimera dama reveló que días antes, su madre había ido al cementerio Jardín Memorial acompañada de uno de sus hermanos y expresó que le gustaría ser enterrada debajo de uno de los árboles que en ese campo santo se encuentran.
Ramón Hipólito, indicó que una vez llegó al lugar se dio cuenta porque su madre había hecho eso, uno de los árboles se parecía a uno que había cerca de su casa donde creció en Gurabo-Jacagua.
«Algunos decían que Lissa era su preferida, pero otros que era Carolina, muchos decían que Felipe se le parecía mucho y le decían que era el Pititi Gómez y otros que era William que llegó de último y, claro, yo siempre quise creer que era yo», relató Ramón Hipólito.
En el sepelio de doña Rosa se destacó el gran amor que está le profesaba a Hipólito Mejía, a quien describieron como su gran y único amor.«Mi mamá tuvo dos grandes amores ese hombre (Hipólito Mejía) y su familia»Ramón Hipólito MejíaHijo de Hipólito Mejía y Rosa Gómez de Mejía“
Las palabras finales del hijo mayor de doña Rosa giraron en torno a la fe de ésta y el trabajo que realizaba. “Finalmente, papá no te dejaremos solo, pero conociendo tu estirpe tú tampoco nos dejarás solos a nosotros, gracias y amén”.
Tras finalizar el panegírico se presentó un audiovisual con imágenes de la vida de doña Rosa en compañía de sus amigos y familiares. Fuente Diario Libre