Lakers y Timberwolves dieron continuidad a sus respectivas dinámicas en el Target Center. Los de Minnesota se hicieron con su tercera victoria consecutiva al derrotar por 124-104 a los angelinos, que por su parte sumaron su tercer derrota seguida y la octava en diez partidos. En un choque de idas y venidas, los de Finch se mostraron mucho más enteros para acabar llevándose el duelo con comodidad, manteniéndose en plena persecución de los Nuggets por un puesto de acceso directo a playoffs.
El partido parecía destinado a quedarse sin historia desde muy temprano, pues de la mano de un inspiradísimo Anthony Edwards los locales lograron grandísimas ventajas en el inicio. El alero sumó en el segundo cuarto 20 de sus 27 puntos, una explosión anotadora que colocó a Minnesota 25 arriba (54-39) y que parecía dejar el choque más que encarrilado ante unos Lakers en caída libre.
No obstante, el cuadro de Vogel logró tras el descanso dar algo de vida al encuentro, y, comandados por LeBron, fueron poco a poco recortando distancias. Si bien no fue la mejor actuación del de Akron, que se quedó en 19 tantos, sí vivió en este tramo sus mejores minutos, y ayudó a los suyos a colocarse solo 4 abajo en el último cuarto. En ese instante, sin embargo, fue Karl-Anthony Towns quien apagó cualquier opción de remontada, anotando 16 puntos en el último parcial (terminó con 30) para devolver a los Lakers a la realidad y dar a los Wolves una victoria cómoda.
El pívot terminó así como máximo anotador del duelo, y lo hizo capturando además 8 rebotes que ayudaron a los suyos a dominar claramente dicho apartado (51-38). Además de por Edwards, Towns estuvo secundado por la buena actuación de Patrick Beverley, que sumó 18 tantos, mientras que Taurean Prince lideró a la segunda unidad con 13.
En los visitantes, ni el desacierto de un LeBron que lanzó con un 38,1% de acierto impidió al alero terminar como máximo referente ofensivo de los suyos, pues ninguno de sus compañeros acabó de dar un paso adelante. Carmelo Anthony y Russell Westbrook, con 16 y 15 tantos respectivamente, le siguieron de cerca, pero lo hicieron también con datos de acierto bajos que les impidieron seguir el ritmo de los locales.
«Es fácil sentirse cómodo cuando ganas, pero nunca he sido de esa clase de jugador» afirmó James. «Lo cosa es, ¿cómo de cómodo puedes estar cuando las cosas van mal? Estoy poniendo a prueba mi paciencia más que en ninguna otra temporada por la forma en que estamos jugando».
Como curiosidad, según datos de ESPN, esta es la primera vez en que un equipo de LeBron ha ido perdiendo por al menos 25 puntos en tres partidos consecutivos. Desde luego, no es solo su paciencia la que está siendo puesta a prueba.