Chicago ya tiene de vuelta a Alex Caruso. El guard, de baja desde el 21 de enero al fracturarse la muñeca izquierda en un lance con Grayson Allen, regresó anoche a las pistas en el encuentro que jugaron y ganaron los Bulls ante Cleveland por 101-91.
Caruso estuvo hasta 29 minutos en pista para aportar 11 puntos, 4 asistencias y 4 robos desde el banquillo, dejando claro que es una pieza esencial en el esquema de Billy Donovan. Se mostró feliz por su retorno, pero de igual modo admitió que terminó el encuentro realmente cansado.
«Estaba emocionado por volver a jugar al baloncesto. Estuve caminando por la cancha para los calentamientos previos al partido y me sorprendí sonriendo, estaba emocionado por estar ahí afuera. Cuando comenzó el partido, me levantaba y animaba en jugadas que quizás no lo necesitaban. Simplemente estaba emocionado por volver a jugar al baloncesto», comenta.
La realidad es que la temporada de Caruso se ha visto interrumpida en varias ocasiones. Primero tuvo que parar a causa del coronavirus, después sufrió una lesión en el pie y finalmente llegó la cirugía en la muñeca. Tanto contratiempo ha hecho que hasta la fecha solo haya podido disputar 29 encuentros. Pese a ello, recalca el hecho de que el gran compañerismos reinante en el vestuario ayuda ante cualquier eventualidad que sufra un miembro de la plantilla.
«Tenemos una gran química. Creo que todos en el equipo a quien le haga falta en un momento determinado, el cual era mi caso esta noche. Eso es el resultado de lo mucho que me vuelco con mis compañeros y de como ellos hacen lo mismo conmigo», sentencia.