Los principales fabricantes de chips a nivel mundial han comenzado a suspender sus ventas a Rusia a raíz de las sanciones impuestas por Occidente contra Moscú tras el lanzamiento de su operación militar en Ucrania.
Según Washington, la prohibición de la venta de chips tiene como objetivo evitar que el país reciba tecnología con fines militares o chips de doble uso que podrían usarse tanto para equipos civiles como militares, lo que significa que las sanciones no aplicarían a la mayoría de los chips enfocados al consumidor.
No obstante, de acuerdo con los expertos, los fabricantes podrían detener temporalmente todas las entregas de chips mientras evalúan cuáles de sus productos están sujetos a la nueva prohibición.
«Con estos controles de exportación, nosotros, junto con nuestros aliados y socios, estamos aislando tecnológicamente a Rusia y degradando sus capacidades militares», dijo en un comunicado Thea D. Rozman Kendler, subsecretaria de administración de exportaciones del Departamento de Comercio de EE.UU. «El acceso de Rusia a la tecnología de vanguardia de EE.UU. y de los países socios se detendrá. Su base industrial de defensa y sus servicios militares y de inteligencia no podrán adquirir la mayoría de los productos fabricados en Occidente».
El pasado viernes, el fabricante de chips más grande del mundo, TSMC, con sede en Taiwán, declaró que «cumple con todas las leyes y regulaciones aplicables» y que «está totalmente comprometido a cumplir con las nuevas reglas de control de exportaciones anunciadas».
El medio ruso RBC, citando fuentes en el mercado de la tecnología de la información, reportó recientemente que TSMC ya ha suspendido todas las ventas de chips a Rusia y a terceros que suministran productos al país mientras analiza las nuevas reglas de exportación. Por su parte, los mayores fabricantes de procesadores de EE.UU., Intel y AMD, también detuvieron sus ventas a Rusia.
Algunos analistas de la industria dicen que Rusia podría ser vulnerable a estas prohibiciones porque no fabrica los chips de gama alta necesarios para la informática avanzada, que se producen principalmente en Taiwán, Corea del Sur, EE.UU., Europa y Japón.
Sin embargo, la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA, por sus sigles en inglés), un grupo comercial que representa a las principales marcas como Intel, AMD, IBM, Qualcomm y Marvell, subrayó que el impacto de la prohibición de exportación de chips puede no ser el que espera Occidente, ya que «Rusia no es un consumidor directo significativo de semiconductores» y «representa menos del 0,1 % de las compras mundiales de chips».