Todos los países de América Latina siguen con atención lo que ocurre en Ucrania luego de que Rusia iniciara una «operación militar especial» para defender Donbass, con algunos gobiernos que condenan la decisión de Moscú, mientras que otros critican el papel de la OTAN y EE.UU. en este conflicto.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aseguró que su país mantendrá una postura neutral y que ayudará «en lo que sea posible en la búsqueda de una solución» pacífica. «El mundo está preocupado por esto. En un conflicto, más aún en el área nuclear, todo el mundo sufriría. Entonces eso no interesa a nadie, sería un suicidio», explicó.
Bolsonaro indicó que, en la actualidad, todo el mundo está conectado y, por lo tanto, lo que sucede a 10.000 kilómetros de distancia también influye en Brasil. El mandatario también rechazó las afirmaciones de que Rusia llevará a cabo un derramamiento de sangre en Ucrania, y señaló que los ucranianos «habían puesto la esperanza de su nación en manos de un comediante», en referencia a su presidente, Vladímir Zelenski, quien antes de ejercer su actual cargo fue un reconocido actor.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, a través de Twitter lamentó «profundamente la escalada bélica», recordando que «el diálogo y respeto a la soberanía, la integridad territorial, la seguridad de los Estados y a los derechos humanos garantizan soluciones justas y duraderas a los conflictos».
A su vez, la portavoz de la Presidencia argentina, Gabriela Cerruti, manifestó que «Latinoamérica es tierra de paz» y que no apoyará ninguna guerra, por lo que instó a una solución pacífica. También señaló que esta es la postura de toda la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), puesto que Buenos Aires está al frente de la presidencia pro tempore de ese organismo.
Por su parte, Chile condenó la operación militar rusa y el presidente electo Gabriel Boric se solidarizó con las víctimas, haciendo un llamado para que las partes en conflicto se sienten a dialogar. El mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, también criticó la operación militar rusa y urgió que «vuelvan las negociaciones para resolver civilizadamente el conflicto».
Bolivia también se ha pronunciado en esa misma línea, urgiendo soluciones diplomáticas con herramientas de la ONU.
En tanto el Ministerio de Exteriores de Venezuela manifestó su preocupación por el «agravamiento de la crisis en Ucrania», y lamentó «la burla y quebrantamiento de los Acuerdos de Minsk por parte de la OTAN promovido por EE.UU.».
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, criticó a Occidente por sus «medidas coercitivas unilaterales impuestas a países soberanos», y señaló que esa política «es la expresión más grosera y bárbara de la extorsión a Gobiernos no alineados con los mandatos» de Washington.
Asimismo, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, dijo que «el empeño estadounidense en continuar la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia, ha conducido a un escenario, con complicaciones de alcance impredecible, que se pudo evitar».
Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA), en una declaración que no fue apoyada por Argentina y Brasil, condenó la medida adoptada por Rusia. El presidente colombiano, Iván Duque, fue uno de los primeros jefes de Estado de la región en condenar la operación militar de Moscú.
Entre tanto, el ministro de Exteriores de México, Marcelo Ebrard, expresó que su país aboga por la paz y al no uso de la fuerza para resolver los problemas.
Por último, algunos líderes de la región como el expresidente boliviano Evo Morales fustigó a la OTAN, calificando al bloque militar como «una seria amenaza» para la paz y seguridad internacional. «Su historial de invasiones y agresiones lo demuestran. Ahora su pretensión expansionista es una de las grandes responsables de la situación en Ucrania», escribió Morales en Twitter.