El presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, destituyó este martes al ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, tras las acusaciones de vínculos del funcionario con un narcotraficante.
«Vengo a comunicar que el presidente de la República tomó la decisión de cambiar al ministro del Interior. Esta decisión se sustenta en la profunda convicción y necesidad de salvaguardar la legitimidad del Ministerio del Interior, que podría verse afectada por los hechos recientes», informó Hernán Huttemann, secretario general y jefe del Gabinete Civil de la Presidencia de la República.
Giuzzio fue sustituido en el cargo por Federico González, quien hasta ahora se desempeñaba como asesor de la Presidencia en Asuntos Estratégicos y ya ha ocupado otros puestos en el actual Gobierno paraguayo, entre ellos el de canciller.
La destitución ocurre luego de que saliera a la luz un presunto vínculo de Giuzzio con el supuesto narcotraficante brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marques de Padua; y que habría usado una camioneta blindada de una empresa de su propiedad para vacacionar en Brasil.
Hablaron en más de una ocasión
Este martes, el propio Giuzzio reconoció que tuvo comunicación directa con el presunto narcotraficante, pero antes de conocer sobre sus antecedentes criminales.
«Hablé con el señor Vinicius en más de una ocasión, siempre sobre los servicios de su empresa y antes de tomar conocimiento de su participación en una organización criminal», comentó Giuzzio en su cuenta en Twitter.
En esa red social contó que recibió el año pasado la visita de Espíndola en una unidad de la Policía Nacional de Paraguay denominada Agrupación Especializada, en su carácter de «representante de la empresa Black Eagle».
«Lo recibí acompañado de personal técnico a quienes exhibió equipos tácticos que ofrecía su empresa», precisó.
Añadió que su empresa hizo llegar al Ministerio, a partir de referencias de otras fuerzas de seguridad, una propuesta sobre blindaje, servicio para el cual se estaban «interiorizando», con el interés de reforzar la seguridad de vehículos utilizados por grupos operativos de la Policía.
En su breve relato admitió que a finales de diciembre, en un viaje familiar, tras un desperfecto mecánico que sufrió su auto en territorio brasileño decidió volver a Ciudad del Este, en Paraguay, y arrendar un vehículo de la empresa Ombu SA, también propiedad de Espíndola, para continuar el trayecto. El uso se esa camioneta blindada es la que ha generado el escándalo.
Este mismo martes, en entrevista con la radio 780 AM, Giuzzio volvió a reconocer el uso del vehículo y que llamó «directamente» a Espíndola, porque «tenía su número»; pero mencionó que no existe una relación cercana entre ambos. «No hay ningún vínculo de amistad o comercial, inclusive», indicó.
Se defendió, una vez más, diciendo que el vehículo fue arrendado a la empresa sin conocer los antecedentes del presunto narcotraficante; pero Gilberto Enciso, gerente de la firma Ombu SA, aseguró que el auto no fue arrendado, sino cedido por un vínculo de amistad, reseñó el diario Última Hora.
Espíndola fue detenido hace unos días en Brasil como parte de la Operación Turf, que contó con el apoyo de la Agencia Antidrogas de los EE.UU. (DEA) y de Europol.