SAN FRANCISCO DE MACORÍS. –“Venía solo por la serie regular, quería jugar de nuevo en mi país, con mis Gigantes del Cibao, pero cuando llegué aquí y vi la armonía y familiaridad que tienen estos jugadores, yo no quise irme, cambié mi manera de pensar y me quedo hasta la Serie del Caribe”. Así se pronunció Marcell Ozuna, sobre el evento que inicia el 28 de febrero son seis equipos campeones.
Desde Nelson Cruz no se veía un pelotero de ese nivel entregado en cuerpo y alma, dispuesto a jugador todos los días, ser el primero en llegar al estadio y uno de los líderes en la cueva para los Gigantes del Cibao.
Ozuna fue escogido el MVP de la serie final tras batear para promedio de .333 con tres cuadrangulares, ocho vueltas remolcadas y OBP de .455.
El de Boca Chica no faltó a ninguno de los partidos y su integración con el resto del grupo fue inigualable, se tiraba en las bases, incluso de cabeza sin importar que actualmente tiene un contrato en las Grandes Ligas de 80 millones de dólares.
El Oso y dueño de la nueva marca del selfie en la pelota dominicana, empató con José Sirí y Carlos Peguero en la historia de la franquicia con tres cuadrangulares en series finales, detrás de Wilson Betemit quien conectó cinco vuelacercas.
Fue el monstruo para las Estrellas Orientales en la serie final, no solo por sus estadísticas, sino también por los momentos en que aparecían los batazos, para cambiar el marcador en la pizarra siempre a la hora buena.
Debido a su estelaridad en las Grandes Ligas, Marcell Ozuna no jugaba en la liga desde la temporada 2015, cuando participó en siete juegos de la serie regular, y desde el 2013 no había estado en un partido de playoffs con los Gigantes.
En la temporada que acaba de terminar con el título para los Gigantes del Cibao, Marcell Ozuna estuvo en 21 partidos de la serie regular, en los 16 del todos contra todos y la serie final completa.