Por norma general, las celebridades cuentan con ayuda para elegir qué se ponen tanto en la alfombra roja como en el día a día; de hecho, Blake Lively es una de las pocas que confía en su propio criterio y ahora Bella Hadid se ha atrevido a seguir su ejemplo para proteger su salud mental.
Hace dos años la modelo decidió prescindir de los servicios de un estilista en su vida cotidiana porque se había cansado de prepararse como si fuera a desfilar por una pasarela cada vez que salía de casa.
«Había llegado a un punto en el que me costaba mucho elegir un atuendo antes de pisar la calle», confesó la modelo en una entrevista a la revista WSJ.
Esa presión tenía mucho que ver con los paparazzi que la siguen a todas partes para obtener fotografías suyas, que luego dan la vuelta al mundo y son analizadas hasta la saciedad en busca de pistas acerca de las próximas tendencias que el resto del mundo empezará a llevar muy pronto.
Al final, ese escrutinio estaba empezando a pasarle factura y decidió romper por lo sano.
«En el último año, ha sido muy importante para mí aprender que, aunque la gente hable de mi estilo, en realidad no importa que les guste o no, porque es mi estilo. Cuando salgo de casa por la mañana, lo único que pienso es: ¿Esto me hace feliz? ¿Me siento bien y me siento cómoda?», añadió.