El presidente de Perú, Pedro Castillo, sobrevoló el miércoles la zona afectada por el derrame de crudo en una refinería operada por la española Repsol, mientras la compañía niega responsabilidades y las autoridades le exigen responder por lo ocurrido.
«El sector Ambiente coordina acciones multisectoriales para atender y mitigar los daños ambientales en el litoral peruano, así como las acciones civiles indemnizatorias contra los responsables», destacó el mandatario en Twitter, donde adjuntó unas fotos en las que aparece observando el desastre desde un helicóptero.
La erupción volcánica submarina cerca del archipiélago de Tonga provocó que el pasado sábado altas mareas alterasen el proceso de descarga de crudo del buque Mare Dorium –de bandera italiana– a la refinería La Pampilla, operada por Repsol. El vertido de unos 6.000 barriles de crudo se ha extendido por unos 18.000 metros cuadrados.
Según explicó la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, «se han dictado medidas de manera urgente» para que Repsol asuma las acciones correspondientes.
«En principio se identificaron zonas afectadas y cuáles podrán ser remediadas. Segundo, hay que hacer una contención y recuperación de hidrocarburos, que se está exigiendo lo haga la empresa de manera inmediata. Y el transporte seguro de los residuos», comentó.
Vásquez criticó que la empresa hubiese lanzado al principio una alerta que minimizaba el hecho. «Hablaba de un derrame de petróleo bastante pequeño y entonces se ha verificado que no lanzaron las alertas públicas correspondientes como para que la población y las diferentes autoridades pudieran tomar acciones frente a lo que se venía», subrayó.
También explicó que el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) les informó que «la empresa no tenía plan de contingencia», por lo que no ha tenido «capacidad de reacción y recién están tratando de contratar una empresa para que pueda hacer limpieza».