El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha firmado una ley que prohíbe el matrimonio infantil en el país e impone duras sanciones a todos aquellos que incumplan sus disposiciones, informa la agencia estatal filipina PNA.
La Ley de prohibición de la práctica del matrimonio infantil e imposición de sanciones, fechada el 10 de diciembre, fue revelada este jueves a los medios. En el documento se señala que el Estado «reconoce el papel vital de los jóvenes en la consolidación nacional», al tiempo que «promueve y protege su bienestar físico, moral, espiritual, intelectual y social».
En este contexto, las autoridades filipinas se comprometen a erradicar «todas las prácticas y estructuras tradicionales y culturales que perpetúan la discriminación, el abuso y la explotación de los niños», incluido el matrimonio infantil. «El Estado considera el matrimonio infantil una práctica que constituye abuso infantil, porque devalúa, degrada y menosprecia a los niños», reza el texto legal.
El documento define el matrimonio infantil como cualquier matrimonio en el que una o ambas partes son niños (menores de 18 años o mayores de 18 en el caso de personas incapaces de hacerse cargo enteramente de sí mismas debido a determinadas condiciones físicas o mentales) y que se celebre mediante procedimientos civiles o religiosos o en el marco cualquier otra tradición.
De este modo, cualquier persona que «provoque, asegure, facilite u organice» un matrimonio infantil será multada con al menos 40.000 pesos filipinos (780 dólares) y una pena de prisión de hasta 10 años. Parientes o tutores de los niños afectados serán sancionados con multas de al menos 50.000 pesos filipinos (976 dólares), penas de hasta 12 años de prisión y la pérdida de la patria potestad.
Por otra parte, la ley establece sanciones para las personas que oficien este tipo de matrimonios, también sujetas a multas de al menos 50.000 pesos filipinos y hasta 12 años de prisión. La misma pena se aplica a la pareja adulta que conviva con un niño fuera del matrimonio.