El año 2021 que está a punto de llegar a su fin estará para siempre marcado a fuego en la memoria de Real Madrid y FC Barcelona. Los dos clubes más grandes del fútbol español tuvieron que decir adiós a sus dos máximos estandartes, Sergio Ramos y Leo Messi, para dar paso a un cambio de ciclo y a un futuro que, por el momento, se mantiene abierto.
La salida de ambos cracks mundiales de dio por diferentes circunstancias: ambas económicas pero en dos escenarios que nada tienen que ver entre sí.
La situación financiera del Barça llegó a un punto crítico que provocó la salida de Josep María Bartomeu y el regreso de Laporta a principios de año como una suerte de salvador que llega para deshacer el caos. Sin embargo, ni el esperado nuevo presidente pudo retener al capitán.
Messi quiso irse del Barça en 2020 y no pudo; y quiso quedarse en 2021 pero tampoco le fue posible: no había dinero para mantenerle. Pese a los esfuerzos para revertir la situación, Laporta y su equipo tuvieron que asumir que en sus currículos al frente del club siempre estaría reflejado el adiós de la leyenda argentina, pese a no ser responsables de ello.
En el caso de Sergio Ramos el dinero también cobra protagonismo, pero desde otro punto de vista: un desacuerdo en las condiciones de la renovación del central y capitán madridista se convirtió en un tira y afloja en el que Florentino se cansó de sostener la cuerda. Ramos quería dos años, el Madrid ofrecía uno y, cuando el camero cedió, ya era demasiado tarde.
Ambos comparten vestuario hoy en el PSG en uno de los movimientos del mercado de fichajes más sonados de la última década. Ahora, sin ellos, los clubes en los que se hicieron leyendas sobreviven en su ausencia con, por el momento, destinos dispares.
Un Madrid acostumbrado a reinventarse
Con el adiós de Ramos y el de Zinedine Zidane, y sin fichajes de renombre para paliar la marcha de uno de los ídolos madridistas, el Madrid confío en Ancelotti para reconducir la máquina. El italiano le dio galones al único gran fichaje del pasado mercado de verano, David Alaba, quien, junto al emergente Militao, se ha hecho dueño de la zaga blanca y poca gente ya suspira en Chamartín por Ramos.
Por el momento, los de ‘Carletto’ son líderes destacados de una Liga en la que sacan 18 puntos a su máximo rival y si miran de reojo de vez en cuando a París no es por Ramos precisamente.
El gran deseo del Real Madrid para, de una vez por todas, configurar la máquina que ansían desde que se marchó Cristiano Ronaldo es Kylian Mbappé. El delantero francés queda libre el 30 de junio y desde este mercado de invierno ya puede negociar.
El propio jugador ha asegurado que no cambiará París por Madrid antes de final de temporada, por lo que en febrero, en octavos de final de la Champions, el Real Madrid se enfrentará al que probablemente sea su fichaje estrella y la pieza final del puzzle que les queda para dejar de mirar de vez en cuando al pasado.
El Barça, ilusionado con los jóvenes
La marcha de Messi, las lesiones, la crítica situación financiera… el 2021 no ha sido en absoluto el mejor año de los culés. Con grandes batacazos en Europa (el 2-8 la pasada campaña ante el Bayern y la caída a la Europa League en esta) y una mediocre actuación en la Liga, en el Camp Nou tienen puestas todas sus esperanzas en la nueva hornada de canteranos y en un nombre por encima de todos: Xavi, el ideal para gestionar a los grandes talentos de la Masía.
El despido de Koeman y el relevo tomado por el que fuera dueño y señor del centro del campo del Barça durante sus años de gloria es la gran esperanza de toda la afición.
Él es el perfecto director de orquesta para los Pedri, Gavi, Nico, Ansu Fati y el recién fichado Ferran Torres, un ‘Dream Teen’, como lo han bautizado desde las propias redes sociales del club, que está llamado a hacer grandes cosas y a rescatar al Barça del agujero en el que cayó en un 2021 que están deseando dejar atrás. FUENTE 20 MINUTOS