Una misión arqueológica española de la Universidad de Barcelona descubrió dos tumbas saítas que datan de la dinastía XXVI (664-525 a. C.), la última nativa que gobernó Egipto antes de la conquista persa, informó este domingo el Ministerio de Turismo y Antigüedades del país árabe.
Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, señaló que la misión, que excava en la antigua ciudad de Oxirrinco en la provincia egipcia de Minia, encontró en una de las tumbas los restos de dos personas no identificadas, cada una con una lengua de oro en la boca.
Las pequeñas láminas de oro en forma de lengua, según se cree, se colocaban en la boca del difunto para asegurar que pudiera hablar en la otra vida ante la corte del dios Osiris, encargado de juzgar a los muertos.
En una de las sepulturas se encontró una tumba de piedra caliza con una cubierta en forma de mujer, y a su lado estaban los restos de otro individuo. Mientras que en la otra, que permanecía completamente sellada y «la misión la abrió por primera vez durante las excavaciones», se halló otra tumba de piedra caliza con un rostro humano en buen estado. Además, los entierros contenían vasijas canópicas, en cuyo interior se encontraron 402 pequeñas estatuas ushabti, un juego de amuletos y cuentas verdes.