La Policía alemana clausuró el pasado fin de semana un puesto ilegal de vacunación contra el covid-19, ubicado dentro del aeropuerto de la ciudad de Lubeca, donde las personas estaban siendo inmunizadas con un fármaco aparentemente no registrado, informan medios locales.
Se calcula que al menos 50 personas recibieron la vacuna antes de la llegada de las autoridades. Además, frente a las instalaciones del aeródromo, había unos 80 individuos esperando su turno y otros 150 en la sala de facturación. Los oficiales tomaron muestras de la sustancia que estaba siendo inoculada, confiscaron las jeringas usadas y recopilaron los datos personales de los presentes.
El aeropuerto en cuestión es propiedad del científico y multimillonario alemán Winfried Stocker, quien fue noticia en mayo del año pasado al asegurar que desarrolló una vacuna contra el coronavirus antes de la aparición de una clínicamente aprobada y autorizada. Stocker, profesor emérito de la Universidad de Lübeck (Alemania) y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wuhan (China), probó el medicamento en sí mismo varias veces, según él, sin experimentar ningún efecto secundario.
Posteriormente llegó a solicitar un permiso al regulador nacional de vacunas, el Instituto Paul Ehrlich, para iniciar estudios clínicos en voluntarios. Sin embargo, según un informe del medio RND, el científico ya había administrado el preparado a unas 65 personas, lo que provocó una investigación por una posible violación de la Ley de Medicamentos al experimentar sin el permiso respectivo, ni seguir los lineamientos de la autoridad sanitaria.
Stocker es investigado por la Fiscalía y sobre él pesa una causa judicial. Entre tanto, la efectividad de su vacuna no ha sido confirmada y sus prácticas son objeto de controversia entre la comunidad científica.